La esperanza del híbrido original(Klaroline)

Epilogo

12 años después de la fundación de la escuela.

Klaus veía como Hope subía al podio, su hija de 18 años, graduándose de la escuela que Caroline había fundado, la escuela que el había apoyado desde el día de su creación, el legado de Caroline.

-En mi familia el legado es complicado, cuando era pequeña y llegue a esta escuela creí que mi destino era ser una villana.-dijo Hope riendo, todos los que la conocían rieron con ella, Hope era sin duda todo lo contrario a una villana, con Caroline con madrastra, Hope había recorrido todas las beneficencias y todas las causas perdidas imaginables, con Hayley como su madre, Hope había ayudado a todos los lobos que había conocido, con Klaus como su padre, ella había cambiado el legado de su familia, con la fundación Mikaelson, que se había dedicado a dar oportunidades a todos los seres sobrenaturales, escuelas, hogares, creado empleos, todo lo bueno que pudieran hacer en su mundo.-Pero mis padres y mi familia política me enseño, que ser un villano siempre depende de perspectiva, que yo iba a definir mi destino, de Caroline aprendí que ser bueno no es sencillo, pero siempre es gratificante, aprendí que mi familia no definía lo que yo seria un día, que dependía de mi ese legado, el legado de los Mikaelson nunca mas significara terror, por fin significa lo que yo siempre vi, familia, ustedes son mi familia y siempre lo van a ser, aunque vayamos por distintos caminos, siempre llevaremos lo que aprendimos en la escuela Salvatore, amistad.-dijo viendo hacia sus amigos.-Amor.-dijo viendo hacia Landon.- Familia.-dijo viendo hacia Josie y Lizie, estaban sentadas alado de sus padres.-Mi lealtad siempre estará en esta escuela y espero un día volver a ella, llegamos hasta este momento y es hora de la fiesta.-grito Hope y lanzo su gorro al cielo, todos hicieron lo mismo, haciendo reír a Caroline, se subió al escenario y entrego los diplomas con emoción.

La fiesta de graduación había sido organizada por la mejor de la generación, Hope Mikaelson, claro con ayuda de Caroline, ella había hecho que todo fuera posible, con la tarjeta de Klaus, alegando que esa fiesta seria el mas grande recuerdo de Hope de la escuela. Cuando caminaban por la entrada a la escuela Klaus veía con asombro como habían decorado todo, a Caroline jamás se le escaba un detalle y Hope siempre trataba de hacerla sentir orgullosa, así que siempre era perfeccionista.

-Te gusta?.-dijo Caroline mirando su expresión.

-Sabia que no podías ser menos que extraordinaria, ambas.-dijo mirando hacia su hija, que caminaba con su novio frente a ellos, al principio había sido difícil para Klaus, verla crecer, verla enamorarse, pero sin duda tener a Caroline había ayudado mucho a su cordura.

-Todo fue idea de Hope, yo solo organice todo.-dijo Caroline apretando su mano, siguieron a Hope y Landon hacia la entrada, la fiesta era con temática de invierno, copos de nieve colgaban por todo el lugar, las chicas estaban reunidas en el centro cuando ellos entraron, se acercaron a Hayley y Elijah.

-Se ve tan hermosa.-dijo Hayley mirando a Hope

-Es hermosa.-susurro Caroline, Hope bailaba con Landon, Klaus los veía con algo de nostalgia.

-Nunca creí que podría merecer esto Caroline.-dijo Klaus apretando sus manos, lo abrazaba por la espalda.

-Lo mereces, mira esa niña tan perfecta que has creado, es amable, es inteligente, noble, hermosa, tan talentosa, Klaus ella es como tu.

-Incluso cuando se trata de ti.-dijo Klaus sonriéndole, Caroline agacho la mirada, ver crecer a Hope había sido un placer, pero sobre todo ayudarla a lidiar con la complicada vida que tenia, con los retos de ser un sobrenatural, de ser una Mikaelson.

-Ser su madrastra, fue la mejor parte de casarme contigo.-dijo divertida.

-Yo creí que era cuando te beso.-dijo Klaus besando su nariz, después su mejilla y al final debajo de su oreja, llegando hasta su cuello.-Cuando te hago mía.-susurro en su oído, Caroline se estremeció, como después de tantos años el lograba hacerla estremecer como si fueran recién casados, Caroline no podía parar de pensar en todas las mujeres que habían pasado por su vida, mil años de experiencia.