Capitulo final. Gracias a todas las que leyeron esta corta historia. Mi inspiración se agotó. Gracias por leer.
~Flash back~
Era el mejor día de mi vida. Éramos los campeones interescolares, de toda Tailandia, teníamos la copa en la mano, momentos antes había sido reclutado para representar a Tailandia en las olimpiadas, teníamos un camino por delante, sé que sería difícil, lo sabía, pero nada podía empañar mi felicidad, así que lo admito, me había olvidado que tenía una conversación pendiente con Ohm, algo de qué hablar, aquel beso, los labios, su forma de mirarme, estaba esperando que el partido concluyera, para que ambos pudiéramos resolver lo que fuera que sucedió. Habían terminándo los juegos artificiales, así que me dispuse a buscarlo, pero él ya no estaba, tenía pocos minutos que le había visto acompañado de su amigo, ¿o sería su novio?, ya no sé. Cruce la calle, y los vi, caminaban un tanto lejos, así que corrí, cuando acorté distancia noté que se detuvieron, su amigo miraba a Ohm de forma diferente, pude darme cuenta desde la primera vez que le conocí.
—¡Ohm! Tenemos que hablar— dije fuerte deteniendo mi paso, su mirada se enfoca sobre mí, su expresión es seria, y fría, asiente con la cabeza y después de unos segundos ya se encuentra caminando para encontrarme, retornamos hacia el lugar donde momentos antes habían sido los juegos, ya está casi vacío.
—¿Porqué lo hiciste?— interrogue entre el silencio incomodo que nos abordaba, Ohm llevaba metida las manos en el short, ¿porqué era tan alto?, sentía que me iba a dar tortícolis si seguía mirando hacia arriba mientras el no me viera, pareció que no me escuchaba porque seguía evitándome, así que lo tome del brazo y lo jalé fue entonces cuando me miró, fue una mirada perfecta, dulce y tímida, una mirada que en el campo de juego nunca mostró, ante mis ojos se cayó la capa de ferocidad.
—Porque me siento atraído, locamente atraído por ti—respondió sin preámbulos. Mis mejillas se coloraron y agradecía que la luz de las lámparas públicas no fuera tan fuerte para que no se hicieran notar mi rubor.
—¿t..tú sientes lo mismo?— me indaga, relamo mis labios con nerviosismo,
—No lo sé— digo bajito, es decir, no estaba seguro de lo que era, ahora es él quien me jalonea, no fuerte, solo lo necesario para pegarme a su pecho