XVII. Extra II. Floración

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Cuando las lluvias cesaron y el frío invernal pasó, la primavera cubrió los rincones de la tierra.

El mundo se llenó de vida, con vistosos verdes. El dulzor de las flores frescas y el canto de las aves cubrió el silencio que se extendió durante el crudo invierno.

Ahora que resultó más cómodo bajar de su alta montaña, Wei WuXian y Lan WangJi, encontraron oportuno dar un paseo por el mercado local para reabastecerse en aquello que se agotó en las semanas recientes. Esto incluyó el aceite de chile y el alcohol. Hubo escasez en cuanto al té y fue necesario comprar algunas herramientas para continuar con el trabajo de bricolaje.

El viento sopló desde el este, sacudió las ramas y agitó las hojas. Las flores del ciruelo provocaron una lluvia de pétalos rojos. Lan WangJi detuvo su paso, maravillado por la escena y atrapó una solitaria flor entre sus manos.

Wei WuXian, sostuvo los extremos de su larga túnica de arrastre, y evitó que su chaqueta exterior negra se arruinara con el camino desigual. Arrancó hibisco del arbusto de mediano tamaño y lo colocó detrás de su oreja.

Lan WangJi tuvo esa sonrisa complaciente en el rostro, y sus manos cálidas ahuecaron las de Wei WuXian para mantenerlas calientes.

Su boca se posó contra el dorso, dejando roces sutiles y suspiros contra la piel.

El mercado se destacó por el ánimo renovado de los locales. Se vendieron ji de madera perfumada y plata; peinetas de marfil; cuentas para el yaopei; vegetales frescos, y toda clase de alcohol.

Wei WuXian señaló en dirección de una bella dama, y su atención se fijó en el erhuan en exhibición. El cansancio en sus ojos aminoró gracias al descanso prolongado de las últimas semanas. Durante el invierno, los días fríos fueron más cortos, y las actividades para interior más eficientes. Wei WuXian, Yiling Laozu, no tuvo razón por la cual convertirse en un carámbano de hielo en el exterior. Y ayudó a montar el tela a medio construir que aún yacía en el estudio sin ser finalizado. Parte de ello se debió a la ausencia de las herramientas apropiadas para su montaje.

Tomó un par de cuentas con perlas y jue de ágata azul. Los acercó suficiente al rostro de WangJi y medió. "Estos se ven bien contigo".

"¿A Wei Ying le gustan?", inquirió mientras movía el rostro de un lado a otro para dar mejor vista de los pendientes en gota.

La cola de caballo se agitó al son del viento. La joven dama no perdió oportunidad para observar a Wei WuXian, y si bien, en el pasado, Lan WangJi era tan temperamental como solía ser, algo como eso lo hubiese puesto de mal humor. Como esa ocasión en la cual tomó posesión de la bolsa perfumada de Luo QingYang. Sin embargo, Wei WuXian, esta versión antipática y enajenante, cuál antiguo maestro oscuro, apenas tuvo ojos para ver a nadie más que WangJi.

Era un asunto diferente cuando se trató de la versión coqueta y más joven de Wei WuXian, pero eso era un caso aislado que evocó mucha de su personalidad de adolescencia.

Wei WuXian le tomó de la mano, tiró de un lado a otro por el vasto mercado. Si veía algo de su interés, o, que asumió quedaría bien con WangJi, lo compraría como un regalo pese a las quejas de WangJi, debido al actuar descuidado y derrochador.

Era consciente de la pequeña fortuna de Wei WuXian, pero no podía ir por ahí hurgando en las tumbas abiertas para abastecer su propia bodega personal. WangJi estaba bastante lejos de casa para tomar de su asignación mensual.

Mientras tomaban un descanso en la casa de té en la calle principal, WangJi encontró oportuno hacer entrega de sus cartas en la oficina de supervisión asociada a Jin, a fin de informar a su hermano sobre su residencia actual. Debido al invierno, el intercambio de cartas se vio limitado de sobremanera. Antes de que las nevadas llegarán a ninguno de los dos lados, informó de sus dificultades para emprender viaje, anunciando con ello su intención de pasar el invierno con Wei WuXian, mientras, trataba de adaptarse al nuevo ritmo.

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