━ 𝐗𝐕: Proposiciones inesperadas

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•─────── CAPÍTULO XV ───────•

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── CAPÍTULO XV───

PROPOSICIONES
INESPERADAS

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        SITUADA TRAS LA BARRA DEL BLACK ROSE, Catriona abrió un botellín de cerveza y vertió su contenido en un vaso de cristal. Michael le había enseñado cómo debía servir ciertas bebidas para que la espuma no se echara a perder, de ahí que estuviera siendo especialmente cuidadosa a la hora de preparar aquella pinta de cerveza negra. Una vez la comanda estuvo lista, la muchacha colocó la jarra sobre la bandeja y se aventuró a llevarla hasta la mesa correspondiente. Aún no contaba con la pericia suficiente para sostener la bandeja con una sola mano, de modo que hizo uso de las dos mientras caminaba con presteza. Ya en su destino, le entregó la pinta al cliente que la había pedido y le dedicó una sonrisa afable antes de retirarse.

Si bien se trataba de un trabajo bastante sacrificado, puesto que hacerse cargo de un bar era muy laborioso y requería de mucho tiempo y esfuerzo, le encantaba sentirse útil y valorada. No le importaba levantarse pronto por las mañanas o tener que estar de cara al público de manera constante, así como tampoco le suponía ningún problema terminar su jornada laboral oliendo a alcohol y a tabaco. El hecho de ayudar a su tío y pasar tiempo con él —intentando recuperar los momentos perdidos— lo compensaba todo.

Ya de regreso al mostrador, Riona se dispuso a lavar los vasos sucios que había en el fondo del fregadero. Michael, por otro lado, no dejaba de pulular de aquí para allá, saludando a clientes, anotando comandas y sirviendo bebidas con la maestría de quien llevaba toda la vida dedicándose al negocio. De vez en cuando desaparecía tras la puerta que conducía al almacén, solo para volver a salir instantes después con cajas llenas de botellas de vidrio que tintineaban al chocar entre sí.

Ramé | Hijos de la AnarquíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora