45. El show debe continuar

21 4 0
                                    

45. El show debe continuar

Lose you to love me - Selena Gomez

La ley del hielo duró tan solo el camino hasta la casa. En cuanto llegamos, pasó de ignorarme por completo a hacerme un interrogatorio, reclamando cada mínimo detalle de la cita que había planeado tan solo unas horas antes.

Y ni bien llegó la abuela, se transformó en el cariñoso novio para el que había hecho una preparación actoral previa para poder interpretarlo. Y fue horrible. No quería nada más que salir corriendo de allí...

Mentira.

Más que salir corriendo, quería que todo eso fuera real y no tener que estar aguantando el impulso de decirle todo lo que sentía por él cada vez que llevaba su mano a mi cintura o que depositaba un beso en mi mejilla.

Y Delia parecía estar creyéndose cada mentira que su tramposo, manipulador y ardiente nieto le estaba contando, y de cada una de ellas, ella se hacía un festín de adulación a la hermosa pareja que hacíamos, a lo unidos que éramos y a cómo le recordaba a su esposo la mirada que su nieto me daba.

Horas más tarde, cuando ya habíamos terminado de comer y nos encontrábamos Luka y yo solos en la cocina, encargándonos de la limpieza de la vajilla mientras que Zacc levantaba la mesa y Lydia buscaba un álbum de fotos en el iso de arriba, Luka continuó con sus reclamos en susurros exigentes para que Delia no nos oyera desde el comedor.

—No te entiendo, Gia. Dijiste que ibas a tomarte un tiempo después de la ruptura.

—Jamás dije eso.

—Sí lo hiciste, la primera noche del viaje. Cuando probaste cada trago de la carta después de haber estado llorando por ese idiota.

—No recuerdo nada de eso, no es válido.

—¿Y por qué él? ¿Por qué? No te entiendo, creí que... creí... —Noté que mordía su labio inferior para contener sus palabras.

—Yo... no lo sé, él...

—¿No lo sabes? ¿Vas a salir con él y no sabes por qué? —Me cortó, molesto.

—Sí sé. Él gusta de mí y dijo que quería salir conmigo en el bote y...

—¿Vas a salir con él porque gusta de ti? Eso es totalmente justo, en serio, totalmente justo. —Su tono destilaba resentimiento y sonaba casi... dolido.

—Yo... ¡No sabía qué hacer! ¡No sé qué hacer! Eso pareció una buena oportunidad, la tomé. —No sabía cómo explicarme sin meterme en temas más complejos.

—¿No sabías qué hacer y lo primero que se te ocurrió fue aceptar salir con él? —Se iba molestando un poco más con cada palabra.

—¡No sé qué quieres de mí! ¡No sé cómo manejar esto! Estoy intentando hacer las cosas lo mejor posible para que todo salga bien y me haces sentir que estoy haciendo lo contrario. ¡No quiero seguir arruinando cosas! ¡No quiero destruir lo que tenemos! —Lo que había iniciado como susurros, iba convirtiéndose en una discusión encendida, a un volumen bastante audible a nuestro alrededor.

—¡Entonces habla conmigo! ¡Explícame las cosas! ¡Cuéntame! Si no me dices nada, no puedo ayudarte.

—¡No puedes ayudarme de ninguna forma! ¡Y no puedo hablarte de esto!

—¡Los amigos están para eso! ¡Se supone que estoy aquí para ayudarte con lo que necesites y tú a mí! ¡Si no puedes tratarme como a un amigo, tal vez no sea uno!

—¡Tú no acabas de decir eso! —Había logrado enfurecerme. Después de todo lo que habíamos pasado, de todo lo que estaba pasando para evitar llegar a eso, el imbécil se atrevía a decirme eso.

LawfareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora