¿Algo más? - Millos999

Capítulo 19

Conversaciones entrometidas
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Han pasado dos semanas desde que Emilio y yo presentamos nuestro platillo. Dos semanas desde que le mandé el mensaje que tengo pareja.

Dos semanas de seguir intentándolo con Dan, las cuales me ha ayudado a fortalecer más nuestra relación. Dos semanas donde sus besos los aprecio y sus caricias ya no se sienten extrañas.

Dos semanas donde la pelirroja —por entrar en semanas de proyectos y exámenes al igual que yo— no me ha invitado a salir para un "finde sin conciencia". Y agradezco, pues parece que mi vida depende de entregar mil trabajos y realizar cien exámenes.

El primer viernes de esas semanas los alumnos faltantes pasaron a presentar su menú. El segundo viernes fue una clase teórica en la cual no era necesario interactuar con el compañero.

Y durante esas largas dos semanas, Emilio y yo no nos hemos dirigido la palabra para nada. Pero sé que pronto tendremos que hacerlo.

Al entrar en un nuevo parcial, el proyecto cambia. Los profesores ahora nos piden realizar un menú más estricto, basándose en un plan de dietética con cantidades casi exactas.

Y así es como, después de tanto estrés y calificaciones, puedo sobrevivir a otro lunes por la mañana en la hora de receso. Con Angie a mi lado, entramos a la cafetería de la universidad en busca de nuestro café.

– ¿Entonces Dan pasará por ti hoy? –pregunta la castaña con curiosidad sobre mi vida amorosa–.

– Así es –sonrío y bajo mi mirada sintiendo mis mejillas tomar algo de color–.

Es extraño cuando, después de sufrir por "amor" hacia alguien, ahora te encuentras contando tus momentos favoritos con aquella persona que se siente estar como en casa. O al menos tratar de sentirlo.

– ¿Y qué hay de Emilio?

Su pregunta hace levantar rápidamente mi rostro y la observo con curiosidad ante su pregunta.

– ¿Sobre qué? –inquiero y mi mente empieza a recordar la última interacción que tuvimos él y yo–.

– Bueno, antes se la pasaban discutiendo y ahora ni siquiera se miran –explica encogiéndose de hombros–. Supongo que algo tuvo que pasar para que no se dirijan ni la palabra.

Desvío mi mirada a los grandes ventanales que tiene la universidad, recordando como ambos nos hemos evitado en los pasillos y en clase estas últimas semanas.

– Sabes –comienza Angie interrumpiendo mi nube de pensamientos–, yo tenía un poco de fe que iba a pasar algo entre ustedes dos.

De golpe, dejo de caminar ante la sorpresa a su comentario, haciendo que ella se de cuenta unos pasos más delante y volteé a verme.

– ¿Qué? –logro formular y ella camina hasta estar a mi lado–.

– Vamos _____, desde lejos se veían con una tensión inmensa. ¿Acaso nunca te atra...?

– No –la interrumpo y ella me mira con extrañeza ante mi reacción –. Y jamás pasará.

– Por fin concuerdo en algo contigo, extraña.