Capítulo 2

4.4K 242 22
                                    

Otro atardecer
~ • ~

El ordenar mi armario fue una perdida de tiempo, pues todo lo que había colgado ahora se encuentra en el piso y encima de mi cama.

– Dios, no tengo nada que ponerme –frustrada, me aviento a la cama–. Es una señal de que no vaya.

– No digas mamadas y ponte esto –me regaña y al instante siento como algo negro cae sobre mi rostro–.

Quito la prenda de Nath de mi cara  y al sentarme en mi cama veo que es un vestido negro que recién se acaba de comprar, y ni si quiera se lo ha probado.

– ¿Estás demente? –me paro y me acerco a ella– Ni siquiera te lo has puesto.

– ¿Y? –contesta dándome la espalda mientras busca qué ponerse– Tómalo como un regalo, nena. Créeme que cuando lo compré pensé en ti. Está destinado a ser tuyo.

Voltea y me dedica una sonrisa dulce, para después aventarme una patada voladora.

– Ahora ve a ponerte esa madre y dale play a la playlist de Spotify –me ordena volviendo a su asunto y me alejo para obedecer sus órdenes–.

Voy al baño para quitarme mi pijama. Definitivamente tengo que cambiar ese mal hábito de traer mi pijama todo el día.

El vestido negro literalmente me hace sentir desnuda: mis pechos están tapados solamente por tiras gruesas en diagonal que se unen en mi cuello y conectan con la parte inferior del vestido, con una abertura en la parte de mi abdomen superior en forma de triangulo que llega hasta los costados de mi cintura, y mi espalda esta completamente al descubierto.

Salgo para enseñarle a Nath el elemento pecador que sería para las monjitas de mi primaria, bajándome un poco más el vestido en la parte de mis piernas para que no se suba tanto.

– ¿Me quieres convertir en stripper?

Nath se voltea con una prenda en sus manos y, en cuanto me ve, la suelta y corre hacia mí. Anonadada, me agarra de los hombros y me inspecciona de pies a cabeza.

– Definitivamente tienes que llevártelo. Mi imaginación quedó pendeja a diferencia de lo bella y potra que te ves.

– Pues tu idea de llevármelo quedó pendeja si crees que me iré así.

Ambas caminamos al espejo de cuerpo completo, ella quedando detrás de mí y recargándose en uno de mis hombros.

Nathalie es una de la chicas más altas que he conocido en mi vida. Con solo 21 años, mide 1.75 metros, haciéndome sentir el bebé de la amistad.

   – Admitelo –comienza a decir mientras analizo el vestido–, te encanta. Es demasiado sexy y resalta mucho tu figura.

Me quedo un rato en silencio, decidiendo si ir así o ponerme otra cosa aunque aún no tenga con certeza qué. No voy a mentir, el vestido es demasiado lindo, pero jamás me había sentido con tanto conducto de ventilación.

    – A parte te beneficia con este bello clima que tiene Cancún.

    – Maldito clima de mierda –sonrío junto con mi pelirroja–.

¿Algo más? - Millos999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora