Capítulo 28

2.4K 159 23
                                    

Porque los traidores nunca
ganamos, ¿o ?
~ • ~

Distancia. Eso es lo que Nathalie, Emilio y yo hemos decidido tener.

Desde que Nath nos encontró en mi cuarto, todo ha cambiado en mi vida. De pronto todo se siente tranquilo... pero es una tranquilidad que no disfruto, donde mi mundo se siente gris. Es como si estuviera sin emociones, sin adrenalina, sin disfrutar de la vida.

La distancia con la pelirroja se dió por sí sola. Simplemente dejamos de llamarnos, de escribirnos y de salir. Y creo que es obvio el porqué ha ocurrido.

Y con Emilio, fue diferente. Esa noche, platicando sobre la situación y cómo me sentía, llegamos a un punto en el que ambos creemos que puede mejorar la situación: darnos un tiempo.

No contacto, no caricias, no coqueteo. Solo como amigos. Claro, amigos, ¿no?

Pero me resulta más difícil de lo que imaginé. Extraño su cercanía, el roce de nuestros labios, el tacto de nuestros cuerpos. Y sobretodo su paz, esa sensación de poder ser yo.

   – _____ –escucho la voz de Dan y me sobresalto al recordar que estoy en su comedor–. ¿Estás bien?

   – Sí, perdón, ¿qué decías? –pregunto al recordar que mencionaba algo antes de divagar en mis pensamientos–.

   – Una de mis primas se graduará –empieza a explicar y trato de prestarle toda mi atención–. Mis padres han vuelto de su viaje por Europa para asistir, y me dijeron que, si tú querías, podrías venir al evento con nosotros. Es algo familiar, y me gustaría que...

Sus palabras se fueron volviendo menos audibles a causa del impacto que recibo por la noticia. Inconscientemente, mi boca se abre ligeramente por la sorpresa. ¿Escuché bien?

   – Hey –dice captando de nuevo mi atención y toma una de mis manos para empezar a acariciarla–, está bien si no quieres, es muy pronto para...

   – No, está bien –le interrumpo desviando mi mirada a nuestras manos juntas y sonrío–. Me encantaría conocerlos, solo... –trago grueso y él espera pacientemente a que siga– ¿Cuándo sería?

   – Este sábado, amor –responde con una sonrisa–.

Me quedo callada unos segundos y suelto un suspiro, asintiendo levemente con la cabeza, por lo que damos por "terminado" esa charla y seguimos con otros temas más.

Aunque mi mente sigue llenándome de muchas dudas y demasiadas inseguridades que trato de no reflejar ni expresar.

...

De ambulando tienda por tienda, buscando el vestido perfecto para la ocasión y que me gustase, encontré uno que me parece el indicado: negro con tirantes delgados, largo, pegado de la parte superior y suelto de la inferior con una abertura en la pierna.

Al tenerlo puesto y mirándome en el espejo, una sonrisa nostálgica aparece en mis labios al imaginar lo que la pelirroja me diría en estos momentos: " —Por la chanclas de Moises, te dije que el negro te va de maravilla". Y concordaría perfectamente.

Me siento en mi cama, con la vista perdida en algún lugar mientras recuerdo la cercanía que tenía con Nathalie. ¿De verdad podría volver a hablarle después de lo que le hice a Dan?

¿Algo más? - Millos999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora