Capítulo 14.

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Después de la comida, Ludovica comenzó a sentir los terribles efectos secundarios de la quimioterapia por lo que Ophelia prefiero dejarla en casa y así ella irse a cubrir la mentira.

Esto había ocasionado una nueva preocupación en la chica, ¿qué haría si llegara a sentirse fatal en la escuela?, no podía irse o los chicos sospecharían.

Decide no atormentarse más con eso y dejarlo hasta el momento en que tuviera que pasar. Su resto de la tarde fue tranquila. Se resguardó en su habitación pintando y leyendo uno que otro artículo sobre su enfermedad. Lia la acompaño durante un tiempo pero, cuando se aburrió decidió salir con la excusa que tenía tarea que hacer.

Pasaban las horas y Ophelia todavía no llegaba a casa. Esto mantenía impaciente a Ludovica. La llamó un par de veces donde Ophelia le respondía que en cualquier momento saldría del salón y partiría a casa.

—Lia —Ludovica llama en busca de su hermana.

Sus pisadas son escuchadas a los segundos de ser llamada.

—¿Te encuentras bien?, si quieres morir espera unos segundos que ya viene mamá.

Ludovica entrecierra los ojos— Gracias, tratare de aguantar hasta que mamá llegue —Lia asiente con la cabeza y Ludovica rueda los ojos. Eleva una ceja examinando a su hermana— Un momento, ¿qué tienes en los labios?

Lia pasa su lengua por ellos saboreando el pequeño rastro de Nutella que la delataron.

—Nada —se encoge de hombros— ¿Me necesitabas para algo? —rápidamente cambia de tema. Se adentra en la habitación y toma asiento junto su hermana.

—Hice un cuadro.

Uno de los más grandes talentos de Ludovica era su habilidad para el arte. Desde pequeña desempeño un gusto por colorear, dibujar y toda esa clase de cosas.

—Wow, ahora tenemos dos grandes artistas cerca.

—¿Te cuento un secreto? —Ludovica toma a su hermana entre sus brazos. Lia asiente— una parte de mi desearía dejar Harvard y entrar a una escuela de arte.

—¿Por qué lo no haces si es lo que te gusta?

—También me hago esa pregunta —confiesa— creo que es miedo.

—¿Te da miedo estudiar algo que te gusta?

Ludovica asiente— Me da miedo darme cuenta que posiblemente no es lo mío, que desperdicie tanto tiempo en algo para lo que no soy buena.

—¿La vida no trata de eso?, la vida es arriesgarse. Si, muchas veces se pierde pero al menos puedes decir que lo intentaste y no quedaste esperando y soñando con algo. Además, ¿qué tal si lo logras?, ¿qué tal si eres una increíble pintora que recorre las calles de París, Nueva York con su arte? —Lia sonríe— Vica, no te limites, si quieres hacer algo hazlo que la vida es demasiado corta y no sabes cuándo parara.

Leucemia | bill kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora