Capítulo 23.

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Durante la semana Annelise tuvo una recaída y así continuó toda esa semana. Los doctores, padres e incluso los chicos sabían lo que eso significaba. La estadía de su amiga en este plano estaba disminuyendo.

Los chicos tenían pensado hacer algo lindo para ella. Algo para que se sintiera bien y olvidara un poco todo lo sucedido.

Por otro lado, Ludovica se sentía fatal. Estaba cansada tanto física como psicológicamente. Sin embargo no dijo nada. Annelise estaba pasando por algo, no quería que pensaran que quería robar la atención.

—¿Espero te recuperes pronto? —pregunta Ludovica elevando una ceja al ver lo que Jack había escrito en una cartulina.

—¿Qué tiene de malo?

—Es el peor ánimo que le puedes dar a alguien que está muriendo de cáncer.

—Muriendo se escucha fatal pero estoy totalmente de acuerdo con ella —secunda Bianca llegando hasta ellos. Pasa un brazo por los hombros de su rubia amiga.

—Me rindo, no vuelvo a ayudar con nada —bota el plumón que sostenía. Ambas chicas sueltan una risa.

Jack camina hasta su lugar sentándose en su camastro. Examina todo el lugar con su mirada. El lugar se veía tan agradable que daba miedo.

—¿Dónde está tu enamorado? —pregunta Jack en dirección a Ludovica.

Bianca observa el lugar sin rastro del chico— Cierto, ¿Dónde se metió Ericsson?

Ludovica le había enviado mensajes esta mañana pero no obtuvo una respuesta. Pensó que posiblemente ya estaría aquí. Grata sorpresa la que se llevó al no encontrarlo. Siguió insistiendo con los mensajes pero seguían sin respuesta— No responde mis mensajes desde esta mañana y no es mi enamorado.

—Lo que digas —hablan al unísono.

Todos se habían esforzado mucho por acomodar la sala de quimioterapia para Annelise, querían que se llevara una buena sorpresa al ver el lugar repleto de globos y serpentinas regadas por todo el suelo.

—Ya viene —grita April entrando a la sala. Ella se encargó de vigilar.

Se colocan rápidamente en sus lugares esperando la llegada de su amiga para darle la sorpresa. Noah es el encargado de apagar las luces para simular que el salón estaba vacío.

—¡Sorpresa! —gritan todos saliendo de su escondite.

Una sonrisa se asoma por los labios de Annelise. No se esperaba tal acto por parte de sus amigos y agradecía mucho el que se hayan tomado el tiempo de organizar todo.

—Gracias —sonríe nostálgica.

Un sentimiento recorre el cuerpo de Ludovica al ver como los ojos de Annelise se cristalizan. Le gustaba ver a sus amigos felices, pero el ver a Annelise, la chica la cual es difícil sacarle una sonrisa, de esa manera le alegraba completamente el corazón. Ludovica se sentía realizada con eso.

Leucemia | bill kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora