Capítulo 26.

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―¡Por el amor de dios Ludovica, apúrate! ―grita Ophelia del otro lado de la puerta.

―¡Ya voy!

―¡Si sigues demorándote seguro te dejarán!

Eran las diez de la mañana. Hoy era el día en que se irían a Disney. Habían sido citados en el hospital a las diez y media para ser llevados al aeropuerto. Por lo tanto Ludovica tenía media hora para tener lista su maleta.

―¡Te dije que hicieras tus maletas anoche! ―vuelve a gritar Ophelia.

―¡Según yo había puesto el despertador!

―¡Pues te falló!

Veinte minutos después, Ludovica sale de su habitación con su maleta en mano y un pequeño bolso. Baja por las escaleras con cuidado a no tropezarse.

―¡Gracias familia por apoyar a esta niña con cáncer bajando las escaleras! ―grita con sarcasmo cuando se encuentra en el último escalón.

―De nada ―responden al unísono Lia y Paul quienes estaban en la cocina.

Ludovica rueda los ojos negando con la cabeza, deja la maleta y bolso en la sala caminando hasta la cocina para alimentar a su estómago. Un plato de ensalada es puesto ante sus ojos. Ludovica lo mira con desagrado. Da un vistazo al plato de Lia donde se encontraba un gratificante waffle y seguido vuelve a mirar su ensalada.

―¿Puedo comer un waffle? ―sabia la respuesta pero se atrevió a preguntar.

―No, come tu ensalada ―responde Ophelia desde la cocina haciendo que Lia suelte una risa.

―Guarda silencio ―la apunta con su tenedor.

―Vica ―susurra el señor Richter. Mira hacia la cocina comprobando que no lo viera su esposa para lanzarle un pedazo de waffle a su hija mayor― Come rápido.

Ludovica devora el pedazo de waffle soltando su suspiro. Había probado la gloria. Después da un pequeño bocado a su ensalada para disimular el hecho de que ya había comido waffle.

―Richter ―llama Ophelia saliendo de la cocina.

―¿Mande? ―responden los tres al unísono.

―Le hablo a esta Richter ―Ophelia toma los hombros de su hija mayor― Vámonos, ya son las diez y media.

―Creo que te dejarán, ya están todos ahí.

―¿Cómo sabes que ya están todos?

―Sigo a Annelise en instagram, subió varias historias con sus amigos ―encoge sus hombros.

Ludovica ríe. Se despide de su padre y hermana, toma sus pertenencias y sale corriendo junto con su mamá al auto para emprender camino hasta el hospital. En el trayecto Ophelia le advertía a Ludovica que se cuidara y comiera sanamente lo cual no haría caso a nada ya que vamos, era Disneyland.

Leucemia | bill kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora