Capítulo 1.

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Oficialmente Liepzig había entrado en la época del año donde los colores naranja, rojo y amarillo visten la ciudad. El otoño entro, lo cual también significa que las clases comenzaban.

Arrancaba el último fin de semana de vacaciones, el día estaba fresco y el cielo despejado dejándose ver un lindo color azulado en el. Según las noticias locales, aún permanecían algunos turistas en la ciudad por lo que el zoológico de la ciudad estaba repleto de ellos.

Todos afuera parecían gozar el último fin de semana libre, todos a excepción de Ludovica quien se encontraban tirada en cama desde hace días con fiebre y sin ganas de hacer absolutamente nada.

―¡Vica, tienes visita! ―escucha el grito de su mamá desde la planta baja de la casa.

―Ya te dije que no quería ver a nadie ―responde de la misma manera tapándose con su sábana con un estampado de los jonas brothers. Cubre su cabeza y se coloca en posición fetal.

No obtiene reclamos por parte de su madre. Ophelia Richter tenía estrictamente prohibido gritar dentro de la casa, obviamente ella era la única exenta ante aquella regla. Ludovica, al estar enferma creía tener el poder de saltársela.

Su habitación vuelve a quedar en aquel silencio por lo que la rubia suelta un suspiro. Amaba la tranquilidad y más cuando estaba enferma.

Repentinamente la puerta de su habitación es abierta bruscamente, ocasionado que Ludovica diera un pequeño salto.― Nunca en la vida me habían rechazado de tal manera ―habla aquella voz familiar.

Ludovica se sobresalta aún sabiendo de quien provenía aquella voz. Se toma el tiempo antes de despejar la sabana de su cara y mira hasta la puerta donde efectivamente su mejor amigo, Bill Kaulitz, se encontraba parado.

Bill cargaba con un gran arsenal. En su hombro derecho cargaba su mochila mientras del lado izquierdo de su cuerpo llevaba con él una caja de cartón siendo sujetada con su mano y la ayuda de su torso.

―¿Qué haces aquí? ―pregunta observándolo con una ceja arriba.

―Hola, ¿Cómo estás?, yo muy bien gracias por preguntar ―habla con un tono sarcástico―. ¿Ahora no puedo venir a ver a mi mejor amiga? ―lleva su mano derecha al pecho fingiendo indignación.

―Siempre eres bienvenido a mi pequeña choza, pero ahora no quiero recibir visitas ―sonríe―. Ahora vete y cierra la puerta cuando salgas ―Ludovica vuelve a su posición inicial.

― Es una pena, ya estoy aquí ―camina adentrándose a la habitación. Ludovica suelta un quejido. Ahora tendría que convivir―. Las vacaciones y mis días son aburridos sin ti, te extraño ―Ludovica aprovecha su escondite expulsando una gran sonrisa, amaba a aquel chico―. Además, siempre te llamo por facetime y nunca respondes, ¿Qué es eso más importante que yo?

Leucemia | bill kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora