Estúpido Humano [Heejake, Jaywon, Sunki]

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—Jake, este jardín es muy triste.

Heeseung se encontraba en la parte trasera de la casa del rubio, mirando con una mueca el aspecto tan vacío de ese lugar. Aparte del estanque sin peces que había, todo lo demás solo era césped.

—Bueno, no te voy a decir que no porque es verdad, pero tampoco es que haya tenido mucho tiempo para ocuparme de él, ¿sabes?

—Pero para poner el estanque sí. —El grisáceo alzó una ceja.

—Emm... ¿Aesthetic?

El mayor suspiró por lo tonto que era su compañero, pero eso no le impidió derrumbarse. ¡Tenía una idea!

—¡Muy bien, ya sé qué voy a hacer!

—¿Eh? —Jake no entendía la emoción tan repentina del contrario.

—Voy a convertir esta porquería de jardín en...

—Oye oye, sin insultar. —Jake replicó, haciendo bufar al mayor.

—Como decía, después de que yo me ocupe de este desastre, este ya no será tu jardín, será "El jardín".

Jake no entendía la emoción del grisáceo por querer arreglar el jardín, pero verlo tan feliz hacía que él también sonriera.

—Muy bien, ¿entonces qué tenemos que hacer?

—¿Cómo que "tenemos"?

—Sí... Quiero ayudar.

—Jake, no te ofendas, pero mejor vete adentro a ver la tele o lo que sea que te guste hacer. Este es mi campo y solo yo puedo ocuparme de él.

—Eh... Bueno, si tú lo dices... —el rubio prefirió no insistir, el rostro tan serio que le estaba poniendo Heeseung no lo había visto antes, y ciertamente este sí que daba un poco de miedo.

—¡Estupendo! Bueno, venga adiós. —El mayor volvió a mostrar su sonrisa y acto seguido empujó a Jake dentro de casa para que le dejase hacer su trabajo en paz.

—Bueno, ahora sí, ¡manos a la obra! —la emoción recorría cada centímetro de su cuerpo.

El patio trasero del rubio era bastante amplio, así que podría plantar bastantes cosas.

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Después de unas pocas horas, Heeseung ya había acabado, y estaba muy orgulloso del resultado.

—¡Y para terminar...!

El grisáceo, con alegría, dio una vuelta sobre sí mismo mientras de su ropa emanaba un brillo de color verde.

Al instante, su anterior vestimenta oscura cambió a otra totalmente diferente, a juego con el verde de las hojas que había hecho crecer en las flores (foto en multimedia).

—¡Ahora sí que está listo! —el mayor seguía bailando con felicidad.

—Espero que a Jakey le guste. —Él mismo se sonrojó por el apodo que le había dado al rubio. Aunque no le gustaba reconocerlo, realmente las muestras de afecto que le daba el menor no le resultaban tan malas, a pesar de que algunas no tuvieran lo que se dice buenas intenciones.

Minutos después, el rubio apareció en el jardín, atendiendo al llamado del mayor.

—Heeseungie, ¿ya acabas... te?

Jake no daba crédito a lo que veían sus ojos. ¿Heeseung había hecho eso? Parecía el jardín de un cuento de hadas, verdaderamente hermoso.

—Heeseung...

De nuevo se había quedado sin palabras al ver al mayor en aquel nuevo atuendo.

Era como una plantita más entre todas las que ahora llenaban ese jardín.

Simplemente bello.

—¿Qué te parece? —preguntó tímidamente el grisáceo al ver al menor tan callado.

Jake caminó lentamente hacia Heeseung, quien se puso nervioso por la expresión neutra del contrario.

El rubio tomó las manos del mayor entre las suyas y levantó el rostro, ahora mostrando una sonrisa de dientes brillantes.

—Mis ojos nunca habían visto algo tan hermoso hasta ahora, muchas gracias.

El contrario también sonrió y se sonrojó levemente avergonzado.

—No ha sido nada.

—¿Cómo lo has hecho? Es imposible hacer algo como esto en tan poco tiempo y además solo.

—Bueno...

El grisáceo liberó sus manos de entre las del menor y las juntó una encima de la otra como si estuviese ocultando algo entre ellas.

Cerró los ojos y se concentró un poco, bajo la atenta mirada del rubio.

Segundos después, de sus manos se dejó ver una pequeña rosa.

Jake había sospechado de qué se trataban las habilidades del mayor, y aunque no se había equivocado, la sorpresa siempre le iba a acompañar.

—Mis poderes se basan en poder controlar la vegetación. Sé que no es tan asombroso o poderoso como el aire de Jay o el fuego de Riki y que no es realmente útil para poder protegerte, pero...

Jake no lo dejó seguir.

—No debes pensar así de tus capacidades, puede que su nivel no sea tan alto o como lo digan, pero tu poder es maravilloso. ¿Sabes por qué?

Heeseung negó con la cabeza.

—Porque te permite crear belleza. Las plantas, flores, árboles... Todo eso es la parte de la naturaleza que hace del mundo tan hermoso. Por eso, creo que no habría un poder que mejor te quedase que este. 

Jake tomó la rosa de las manos de Heeseung y la colocó en el cabello de este.

—Eres maravilloso, como todo lo que creas.

Le acarició la mejilla y ahí depositó un pequeño beso.

—Nunca pienses lo contrario.

Y con eso tomó sus mano para salir del jardín y dirigirse con él hacia una tienda.

—Ahora lo único que faltan son unos peces para el estanque y entonces sí que será un verdadero jardín de cuento. —Jake miraba a Heeseung sonriendo mientras lo guiaba corriendo entre las calles.

Hee solo se agarró el pecho mientras seguía los pasos del contrario, aún con sus manos entrelazadas.

¿Por qué su corazón latía tan rápido?¿Qué era esa sensación tan cálida?