Deanna
Doy vueltas por mi apartamento, aburrida. Mis pasos resuenan en el suelo de madera y muerdo mis uñas, me siento enjaulada.
¿Puedo salir de casa e ir a donde quiera? Sí.
¿Puedo quedarme todo el día sin hacer nada? No.
Leo está trabajando ahora mismo y sinceramente no busco compañía de ningún ser vivo en estos momentos. Me lanzo sobre mi cama y hundo mi cara en la almohada ahogando un grito. Me pongo de pie de un salto y me acerco a mi armario y escojo un chándal negro y una camiseta de mangas cortas de color azul marino, recojo mi cabello en un moño y me pongo mis auriculares.
Creo que es buena idea ir a la biblioteca de Bloodbound, tienen los relatos más antiguos y me servirán de algo los libros sobre criaturas mitológicas. A pesar de mi gran conocimiento sobre el otro mundo tengo que decir que hay cosas que no he estudiado a fondo y ya es hora de saberlo todo.
Salgo de mi edificio y una ráfaga de viento me golpea como un balde de agua congelada.
—Joder. —murmuro para mí misma y me envuelvo en mis brazos en busca de algo de calor. Meto mis manos en los bolsillos de mi chándal y comienzo a caminar, cuanto más movimiento más calor tendré y no moriré por hipotermia.
La cafetería está a unos pocos metros así que me adentro y pido un café negro caliente. Los recuerdos de todo lo que pasó en la cafetería vuelan a mi mente y empiezo a reproducir todos esos momentos, una y otra vez. Estoy tan absorta en mis pensamientos que no escucho la voz de la chica que hay detrás del mostrador.
—Señorita —llama la chica. Y centro mi mirada en ella. —, serán un dólar y sesenta y cuatro centavos.
Asiento y le extiendo el dinero.
Salgo de la cafetería y camino hacia la biblioteca, no está muy lejos de aquí pero el frío hace que sea un recorrido largo y lento. La biblioteca fue construida en el siglo XIX (diecinueve) y a partir de ese año la biblioteca empezó a reunir todo tipo de documentos, desde libros informativos a cintas de cine antiguas sobre la primera y segunda guerra mundial. Pero voy ahí para buscar la obra más antigua que hable sobre los vampiros y demonios.
En la antigüedad se sabía de la existencia de estas criaturas y muchos científicos y escritores interesados estuvieron estudiando el funcionamiento de estas pero según los periódicos de esos años siempre que llegaban a dar con algo interesante desaparecían días después. Gracias a eso nunca revolucionó el estudio de los vampiros y demonios, décadas y décadas después las personas no sabían de su existencia porque eliminaban a todo aquel que se entrometiera.
La pregunta es: ¿Quién se ocupaba de la desaparición de esas personas?
Respuesta: Lo averiguaré.
Cuando ya estoy delante de la biblioteca veo salir a un hombre extraño, muy extraño diría yo. Viste una capa negra y un sombrero top hat, un atuendo digno de la edad Victoriana.
Lo ignoro y lo dejo pasar.
¿Quién soy yo para juzgar el atuendo de los demás?
Lo más curioso es que pasó a mi lado con una velocidad increíble y un libro que no logré distinguir entre los brazos. Vaya, sí que tenía prisa.
La biblioteca es grande se podría decir que es el centro de Bloodbound, es antigua y se nota nada más apreciando las manchas de humedad y los colores apagados que la rodean. Pero una vez que estoy en el interior una sensación se instala en mi pecho y me hace sonreír. La magia de los libros es magnífica y a día de hoy las personas no saben el poder que tienen unas cuantas palabras, el interior de la biblioteca es cálido y se siente como en casa, todo es antiguo y es lo que le da el toque de calidez.
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The Death Temptation [+18] (En Proceso)
RomanceDeanna guarda un secreto que nadie sabe...