CAPÍTULO 6

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Deanna

Al momento en que me despierto, un insoportable dolor se manifiesta en mi sien. Parpadeo agarrándome la cabeza con ambas manos. Me levanto de mi cama y me quedo unos minutos sentada antes de que mi teléfono suene.

Es un número desconocido así que dejó pasar la llamada pero sea quien sea esta persona vuelve a insistir llamando, permanezco sentada en mi cama viendo cómo la llamada termina y empieza otra. Que pesadilla.

Agarro mi teléfono de mala gana y contesto a la llamada y la voz que escucho es la última que me gustaría oír a lo largo de este día.

-Baje. -exige mi jefe.

Pongo los ojos en blanco y resoplo.

-Que quiere. -mi voz suena ronca por las mañanas pero esta mañana mi voz casi no se escucha y tengo que aclarar mi garganta para hablar. -Que quiere. -repito, está vez mi voz sale normal.

-Estoy en la entrada de su edificio, baje.

-¿Para? -me levanto de la cama yendo hacia la cocina para tomar algo de agua. Siento como si me estuvieran desgarrando la garganta.

Suspira.

-¿No piensa ir hoy a trabajar?

¿Trabajar? Pero si hoy es sábado, ¿no?

-Los sábados descanso. -bebo de mi vaso de agua y siento mi garganta mejor. Tal vez esté apunto de pillar un resfriado, no sería la primera vez.

-Hoy es jueves, señorita Jones. -puedo imaginarme su sonrisa a través de la llamada.

Escupo gran parte del agua que estaba bebiendo y me atraganto con ella. Toso y mi garganta escuece como el infierno.

-¿Está bien? -inquiere.

-¿¡Hoy es jueves!? -chillo, confusa. Pero...yo vi que ayer fue viernes y que hoy era sábado.

«O también puede que te lo hayas imaginado de tantas ganas que tienes de que sea sábado» Puede ser.

Pongo la llamada en altavoz para poder limpiar el suelo y lo siguiente que se escucha es la risa de mi jefe. Imbécil.

-¿Le parece gracioso?

El ruido de su risa inunda la cocina y cuando termina de reírse toma un suspiro.

-Oh, sí. Lo es. -dice, divertido.

Ruedo los ojos.

-No tiene porque llevarme al trabajo en su estúpido coche lujoso.

-No lo repetiré más, o baja ahora o subiré por mi propia cuenta y la llevaré desnuda al trabajo si es lo que hace falta. -cuelga la llamada dejándome con la boca abierta.

Tiro el trapo con el que estaba secando el suelo y me visto como siempre: traje, botas negras elegantes, mi bolso y mi gabardina de confianza. El clima en Bloodbound no es el más bueno, está alejado de la costa por lo que todo el año hace frío y no hay playas.

Sin embargo, el invierno es mi estación preferida y amo la ropa de invierno, las sudaderas, las mantas y sobre todo el clima nublado que hace todos los días le da un toque escalofriante a Bloodbound y me gusta.

Bajo las escaleras del edificio y salgo afuera. Una ráfaga de viento hace que mi pelo vuele y que se pegue a mis labios por culpa del gloss que llevo puesto. Me intento sacar el pelo de los labios pero otra ráfaga de viento pega mis pelos a mis labios.

Me ato el cabello en una cola, frustrada.

A lo lejos vislumbro el coche de mi jefe, es tan lujoso que no encaja con mi barrio, de hecho no encaja ni en Bloodbound. Llama mucho la atención a comparación de las pequeñas chatarras a las que los habitantes de Bloodbound llaman coches.

The Death Temptation [+18] (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora