—¡Shin! M-Mikey el es-esta— la niña se quebró en los brazos de su hermano, este acaricio la espalda abrazándola con ternura.
—Es, es, todo esto es mi culpa...perdón, perdóname Shin— las lágrimas fluían rápidamente de sus ojos del pelinegro.
Había pasado tan rápido, Mikey jugando con el maldito avión, se suponía que estaba todo bien, se suponía que nada pasaría y de un momento a otro, las escaleras fue el causante.
—No...nada es tu culpa, es mía, mía por no estar cuidando lo que hacían, tu también eres un niño Baji y nada es tu culpa.
Lo abrazo, estaban en el hospital esperando alguna respuesta sobre el estado de Manjiro después de la caída, estaba asustado y esperaba que no tuviera nada, que solo fuera un golpe, pero en el fondo solo quería que estuviera vivo no importaba nada más.
—Tampoco es tu culpa Haruchiyo ni la tuya Senju, son tan inocentes como Baji— les sonrió con las pocas fuerzas que tenía.
Suspiro, abrazo con más fuerza a la dulce niña que lloraba en sus brazos. Si no hubiera ido a trabajar, si no se hubiera ido y hubiera estado ahí, si tan solo, su garganta ardía, quemaba y picaba queriendo llorar y gritar, trago con fuerza queriendo que todos esos sentimientos se fueran con su saliva a la profundidad.
Vio a su abuelo, queriendo decirle que también era inocente, queriendo decirle que esto tampoco era su culpa, pero no dijo nada, como le diría eso cuando se suponía que debía cuidar a los niños. Se sentó viendo a los niños suspirar y tratando de suprimir su llanto. Acaricio la espalda de Emma tratando que dejara de llorar, no lo logro.
— Familia Sano.
—¡SI!— se reincorporo rápidamente mientras sostenía a Emma.
—El paciente se encuentra estable— los suspiros de los adultos se escucharon— Sus signos vitales están bien tuvo un trauma cerebral, está siendo diagnósticado pero pudimos ver qué no es nada grave.
Las lágrimas de Shinichiro pidieron salir de su confinamiento, y suspiro abrazando más fuerte a la niña, había temido tanto que fuera algo grave, que no pudiera caminar, que no pudiera ser feliz nunca más.
—Gracias— susurro al mundo, al destino, a algún dios que lo veía con ojos de clemencia.
—Pero no a respondido, está aparentemente en un coma.
—¿Cómo?
—Puede despertar mañana o en un año, no lo sabemos.
Se congelo un poco, pero recordó lo que el médico dijo, el está bien, su cerebro está bien, no tiene nada y el coma era una consecuencia, no dejo que se derrumbara, Manjiro estaba bien y era lo único que importaba.
—¿Puedo pasar a verlo?
—En quince minutos puede pasar solo un familiar.
Asintió con fuerza y volvió agradecer con alivio, se volteo y vio a su abuelo y sonrió sintió que su abuelo también estaba preocupado y el solo se preocupo por si mismo y su condena si Manjiro terminaba estando mal.
—Llevalos a casa, pronto llegará Takeomi y la mamá de Keisuke y deben salir de aquí. Emma también debes ir a casa—sintio como la niña negaba en su brazos—Se está haciendo tarde y debes ir a la escuela.
—Pero Mikey, el-
—Mikey está bien y tú no debes preocuparte, mañana después de clases podrás venir y visitarlo pero será mañana, yo llegaré a casa más tarde ¿Si?
La niña asintió y la bajo de sus brazos viendo como todos los niños se iban, se sentó y se derrumbó en sus pensamientos, había estado tan cerca de perder a su hermano, respiraba con irregularidad.
—¿Señor Sano?
—Soy yo.
—Si desea pasar y ver cómo se encuentra su familiar puede hacerlo.
La enfermera lo vio, se paró y siguió a la enfermera que lo guiaba a la habitación de su hermano. Caminaron por pasillos, vio el personal médico y sonrió pensando que Mikey, su niño estaba bien y derramo algunas lágrimas más.
—Eata es la habitación de Manjiro Sano.
Le sonrió y se marchó, mientras solo veía la puerta, el número 33 era la muestra de que era culpable de lo que Mikey podría tener, sofocado entro a la habitación abriendo la puerta con la poca delicadeza que tenía en su sistema.
—Dios...Mikey perdóname.
Se acercó hasta su hermano, las vendas en su cabeza lo consumía en la culpa tocó su mano y lloro, entre gruñidos le pedía perdón, entre sollozos le prometían y entre lágrimas pedía su felicidad en cuanto abriera su ojos negros.
Se quedó ahí llorando toda su estadía, queriendo perpetuar ese momento, queriendo que en sus lágrimas Mikey abriera sus ojitos, acaricio su mano una y otra vez hasta consumirse en gruñidos y no pudo derramar más lágrimas agrias.
—Esperame Mikey, espérame, tu puedes, debes abrir tus ojos, y yo también esperaré.
Beso sus nudillos y sonrió por fin levantando su cabeza y ver en la cama tan sereno, su rostro rojo y húmedo por sus lágrimas sonrió y tocó una venda cerca de la mejilla de su hermano, susurrando palabras cariñosas.
—Te amo, y todos tus amigos también lo hacen.
Acerco una silla a la camilla y estuvo tomando la mano de Mikey sin alejarse tanto, sabía que la estadía en el hospital era demaciado para su maldito salario irregular, los medicamentos, todo, gruño queriendo disipar la nueva preocupación que se formaba en su cabeza.
Acaricio el bracito de su hermano, pensando en como, maquinado en las posibles maneras de mantener una estadía estable a Mikey en el hospital, sin preocupación de que lo amenazaran de algún costo que no pudiera cubrir.
Recordó que Wakasa seguía en el mundillo de las pandillas y que no hacía lo mismo que cuando eran más jóvenes, este había huido al mundo de los delincuentes donde no había salida.
—Waka me debe un favor.
Le dijo a su hermano con una sonrisa rota, por qué si debía envolverse en drogas y asesinatos para que Mikey no careciera nada lo haría, haría cualquier cosa que estuviera a su alcance para que su hermano abriera esos ojos lo antes posible.
Volvió a acariciar la mejilla de su hermano y sonrió, beso su frente y espero la hora para que lo echaran del hospital, miro con una sonrisa la ventana que estaba enfrente tenía cortinas blancas y vio a Mikey, el sabía que abriría sus ojos muy pronto.
—Ese es el legado Sano, nuestra fuerza nadie la comprenderá. Y se que esa fuerza te hará despertar antes de que empiece a preocuparme.
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Crime[Drakey]
FanfictionMikey sin pandilla, Mikey sin ser el invencible, Shinichiro tan preocupado por su alrededor. Su mundo cambiará y dará giros, tenía todo y a todos, pero el destino siempre lo empujara a encontrar su corazón, a ese alguien donde sea el mismo y no una...