#spiderduck

1.4K 158 4
                                    

Un beso.
Solo fue eso.
Un beso de compas, como lo dijo el mismo Roier.

Eran amigos, amigos cercanos con la confianza suficiente para jugar sin confundir los sentimientos.

¿Cierto?

Pues... no.

Ese beso en Quackity movió cada fibra de su cuerpo, hizo un tornado de emociones y complicó aún más su dispersa mente.

Habían pasado días desde el acontecimiento, y aún si cerraba los ojos podía sentir los labios de Roier contra los suyos.

Sin darse cuenta había veces donde se encontraba tocando su propia boca, recordando aquel beso.

No es como si no supiera que desde antes ese chico castaño llamaba su atención, pero nunca creyó que fuera algo más que solo encontrarlo guapo.

Se suponía que era el malo de la historia, el que manipulaba y hacía cosas horribles a cada habitante de la isla.

Pero... con Roier era todo tan distinto.

Cuando ese chico aparecía cambiaba cada uno de sus planes. Olvidando por completo lo que debía hacer.

Los celos de ver como Roier hablaba con Cellbit, lo consumían por dentro, a veces ni siquiera podía ocultarlos del todo bien.

Debía sacarse ese sentimiento de adentro. Le diría a Roier.

Fue hasta su castillo, encontrandolo sólo para su suerte.

—Hey, Quacks. ¿Qué haces aquí?

Le encantaba esa voz, le encantaba esa sonrisa que le brindaba cada que lo veía. Le encantaba Roier.

Le diría, ahora si.

—Hola, Roier. Venía a decirte algo importante—habló decidido.

—Claro, aquí te escucho atento, amigo.

Amigo, amigo, amigo, amigo.

Esa palabra se repitió en su mente sin detenimiento.

—Oh... ¿Quieres construir algo conmigo?—cambió sus planes.

Porque estaba seguro que para Roier, él nunca sería algo más que un amigo.

Mil amores | Q!roier OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora