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SOBREVIVIR SIN TELÉFONO ERA mucho más difícil de lo que Iris había pensado que sería. No sabía cuán dependiente era incluso de su pequeño dispositivo móvil, hasta que se lo quitaron (todo gracias a ese idiota que la secuestró). No podía hablar con sus amigos o familiares como lo hacía al principio, y ahora tenía que ceñirse al teléfono fijo de su casa, con especial precaución ya que su madre podía estar escuchando a escondidas aquí y allá.
Cuando Iris le explicó a su madre que su teléfono se había roto, exigió una explicación. No había forma de que pudiera decirle la verdad y que la secuestraron porque quedó atrapada en el fuego cruzado entre Seojun y una pandilla, y que durante ese secuestro, el líder rompió su teléfono cuando trató de llamar a la policía para pedir ayuda. Así que mintió y dijo que se le había caído en un tramo de escaleras.
Aunque no era la mejor mentira, Suho estaba allí con ella ya que él había insistido en llevarla a casa, a pesar de que ella dejó en claro que estaría bien, e incluso añadió más mentiras para hacerla más creíble. Más aún, cubrió a Iris y se le ocurrió un razonamiento sobre su paradero durante toda la noche.
Entonces, en lugar de que Iris fuera castigada por un par de semanas e incluso en serios problemas por no cumplir con su toque de queda, recibió una advertencia, especialmente porque había logrado comprar los comestibles que su madre le había pedido (que fue todo pagado y traído por Suho, a pesar de que Iris se negó y le dijo que lo resolvería, a pesar de que su teléfono se rompió y perdió la capacidad de pagar con su teléfono).
Así que sí. Iris de alguna manera pudo salirse con la suya con todo el caos, ilesa y sin ningún tipo de problema.
Iris tuvo que admitir que fue difícil adaptarse a este nuevo cambio. Pero finalmente se acostumbró después de un par de días. Por mucho que apestara, Iris decidió ser paciente ya que sus padres habían dicho que lo repararían en un par de días. Sorprendentemente, a lo largo de este tiempo, volvió a dedicarse más a la lectura.
Aunque antes, cuando Iris tenía su teléfono, leía aplicaciones como Webtoon o incluso usaba sitios web en línea. Pero ahora que tenía que usar libros reales para leer, se encontró disfrutando mucho más de la experiencia y tendía a sumergirse en los libros tanto como podía.
