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DESPUÉS DE LOS EVENTOS QUE OCURRIERON en la sala del laboratorio de química con la extraña tensión entre Jugyeong y Suho, las cosas solo se pusieron más extrañas a partir de ahí, y no en el buen sentido, ya que Iris comenzó a enfrentar el resultado. Como siempre, Iris esperaba caminar con Suho a la mañana siguiente ya que su escuela no estaba tan lejos de sus hogares, pero sorprendentemente Suho se fue antes de lo habitual e incluso le dijo a Iris que no lo esperara justo antes de que se fuera, así que cuando Iris logró bajar las escaleras después de vestirse adecuadamente para comenzar su desayuno, vio el mensaje y él ya se había ido.
Así que terminó caminando sola a la escuela por primera vez en seis años.
Había asumido que tenía algo que ver con su trabajo escolar o una tarea, ya que Suho era un gran trabajador y el mejor de la clase por una razón, y que las cosas estarían bien en la escuela, pero, ¡oh, qué equivocada estaba!
Suho no solo la rechazó durante el almuerzo, sino que también estuvo más tranquilo durante los descansos y parecía estar pensando constantemente. Si no fuera por eso, simplemente miraría a Jugyeong, quien también parecía estar cerca de Suho más de lo habitual, ayudándolo con las cosas más pequeñas como si fueran viejos amigos.
Iris no quería pensar en lo peor y asumió que había una razón detrás del nuevo comportamiento de Suho y la repentina amistad con Jugyeong, pero mientras pensaba en ello, realmente no se le ocurría nada, y por mucho que odiara admitirlo, las palabras de Seojun sobre su reemplazo por Jugyeong seguían jugando en su cabeza.
Sin embargo, finalmente, el día llegó a su fin e Iris no podría estar más feliz de alejarse de esta extraña atmósfera. Antes de poder irse a casa, necesitaba hacer una parada rápida en el hospital para obtener sus recetas desde que estuvo enferma unos días antes, ya que no quería volver a enfermarse.
Tomó un bus hasta el lugar, el cual terminó demorando más de lo debido, por lo que para cuando llegó, ya comenzaba a oscurecer. Sin embargo, sus padres sabían de su paradero, por lo que no estaba tan preocupada.
Al entrar al hospital, Iris saludó a la enfermera y le entregó los frascos vacíos de medicamentos que necesitaban ser rellenados, a lo que le pidió que se sentara a esperar un rato. Iris hizo lo siguiente y se sentó en los asientos que estaban destinados a las personas cuando necesitaban esperar, y mientras tanto decidió leer una revista.
