22 Layla

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Flotábamos por el apartamento en un aura de felicidad, Maikel estaba mejorando a pasos agigantados, ya salía solo y dormía tranquilo toda la noche, era un alivio. Ya estábamos en julio, época de calor y playa. Yo trabajaba por la mañana y cuando terminaba hacíamos cosas juntos lo que fuera, pero juntos. Ese día decidimos que queríamos ir al centro de Londres, Maikel había visto por internet algunos sitios que visitar y donde comer bien. Estábamos encantados con todo lo que veíamos. Dejamos para la noche el London Eye. Estábamos paseando mirando el río cuando Maikel para en seco y dice 

—enana he cometido un error imperdonable.— me quede quieta mirándolo pensando algo malo, con lo bien que iba todo por fin. Se acercó más a mí— ¿puedo llamarte mi novia? Creo que ya es hora - no podía ser más feliz, empecé a llorar-¿es un sí.? 

 —claro que es un sí.— Maikel me cogió en brazos y me levanto, dio una vuelta y volvió a dejarme en el suelo. 

 —gracias por hacerme tan feliz enana. — el corazón se me iba a salir del pecho y no dejaba de llorar. 

 Seguimos caminando con nuestras manos entrelazadas, se nos hizo la madrugada. Nos fuimos a casa cuando ya estábamos rendidos. Estaba en la ducha y me envolví en mis pensamientos, ¿podría decirse que ahora mismo vivo en rosa? Si podía decirlo todo era perfecto, tenía miedo que cualquier cosa lo pudiera estropear. Me di cuenta de que lo que había sucedido ayer tenía que contárselo a Laura cuando saliera de la ducha le mandaría un mensaje. Salí de la ducha y con la toalla enrollada en el pelo me miraba en el espejo y me decía" lo que está pasando es real Layla, vívelo, disfrútalo". Dentro de unos meses empezaría el segundo año en la universidad y tenía a Maikel a mi lado, no podría pedir más. Me senté en el sofá con las piernas cruzadas y me puse el portátil encima, tenía que trabajar un poco, lo tenía abandonado. Estaba concentrada cuando se encendió la pantalla del móvil, era una llamada entrante de la editorial. Respondí.

 — hola Layla soy Lucas— la voz no me transmitía muy buenas noticias 

—hola Lucas, ¿ha pasado algo? 

 —si Layla tenemos que hablar, ¿puedes ahora?. 

— si dime

 —está bien, el contrato con nosotros se acaba en agosto, no sé si lo sabías

 —si claro, pero me comentasteis que seguro me lo renovaríais. 

 — si bueno respecto a eso, era para lo que te llamaba, no podemos renovártelo, esperábamos durante este tiempo que tuvieras algún proyecto nuevo, fresco, que nos pudieras ofrecer, ya que no se ha vendido mucho lo demás. Lo siento, sé que es una muy mala noticia, puesto que ahora estás en la universidad.— decía que vivía en rosa, bueno, pues se acabó. 

—¿no hay nada que pueda hacer yo? 

—¿tienes algún proyecto en mente nuevo o algo que podamos mirar a ver si tiene buena salida?—la verdad es que no Lucas.— dije con tristeza 

—lo siento Layla no puedo hacer nada. 

 —está bien,

 —Adiós-se despidió

 Me hundí, Maikel llegaba en ese momento, se acercó a mí y lo noto. 

 —¿va todo bien enana? 

 —la verdad es que no Maikel.

 —¿Qué ha pasado?.

 —la editorial para la que trabajaba no me renueva el contrato con ellos, que se me termina en agosto. Maikel se sentó al lado mío en el sofá, con las llaves todavía en la mano y con cara de preocupación. 

Apartamento 401 en LONDRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora