Capitulo 12: ¿Gran Gala Del Galope?

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El Pony De Otro Mundo
Capitulo 12: ¿Gran Gala Del Galope?

La lluvia caía desde el cielo plomizo, empapando un escenario desolado, donde sólo yacían rocas, sin un solo árbol a la vista. Charcos de agua empezaban a formarse en la superficie debido a la persistente lluvia. En medio de esta escena, se encontraba Skyler; sin embargo, algo era notoriamente diferente en él. Su aspecto mostraba las marcas del sufrimiento: su cuerpo estaba cubierto de heridas y rasguños, su melena, ahora lucía sucia y desaliñada. Con esfuerzo, Skyler abrió lentamente sus ojos, sus párpados luchando contra las gotas que caían sobre él.

Gemidos de agotamiento escaparon de sus labios, y finalmente logró abrir sus ojos. Sin embargo, las gotas de lluvia le azotaban el rostro, lo que lo obligó a cubrirse con sus patas.

-¿Dónde diablos estoy? -murmuró, su voz apenas audible sobre el tamborileo constante de la lluvia. Hizo un intento por incorporarse, pero las heridas que surcaban su cuerpo lo mantuvieron postrado en el suelo. Gruñó, sintiendo el dolor punzante que le recorría.

-Heridas... tengo heridas por todo el cuerpo... -murmuró mientras examinaba con ojos de confusión y cansancio su forma lastimada. Sus ojos vagaron por el escenario circundante.

-¿Qué ha pasado aquí? -preguntó con voz ronca, reuniendo sus fuerzas, hizo otro intento por incorporarse, luchando contra el dolor y el agotamiento. Finalmente se puso en cuatro patas, su cuerpo temblando ligeramente bajo la tensión.

El unicornio dio pequeños pasos, aún sumido en la confusión. Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta, un torbellino de incertidumbre. Paso tras paso, avanzó hasta que vislumbró una figura a lo lejos. Sintió un atisbo de alivio al encontrar a alguien en medio de la desolación. Avanzó, a pesar del dolor que aún le atormentaba, hacia la figura en la distancia. Sin embargo, a medida que se acercaba, notó otras siluetas en el suelo, esparcidas como sombras en el paisaje.

Su corazón se encogió mientras examinaba cada una de las siluetas. Pinkie Pie yacía en el suelo, su melena enredada y sus ojos cerrados, manchas de sangre adornando sus labios. A su lado, Rarity presentaba quemaduras en su melena, rasguños en su cuerpo y su cuerno partido por la mitad. Rainbow Dash había perdido una de sus alas, y su cuerpo llevaba heridas y quemaduras. Applejack compartía el mismo destino, marcada por heridas y rasguños, Skyler no pudo evitar sentirse impactado al ver a sus amigas en tan lamentable estado.

Sin embargo, su atención se desvió hacia la figura de pie en medio de esta escena desoladora. Esta figura era una mezcla de diferentes razas.

-¡¿TÚ HICISTE ESTO?! -exclamó el unicornio, su voz cargada de ira, aunque la figura parecía ajena a su presencia y sus palabras.

-¡¡¿ACASO FUISTE TÚ QUIEN CAUSÓ ESTO?!! -rugió nuevamente, su enojo palpable en el aire. Desde su cuerno comenzó a emanar un resplandor rojo, indicando que se estaba preparando para cargar un hechizo.

La figura finalmente giró hacia él, y en sus brazos sostenía a Fluttershy. Sin embargo, lo que vio en el pecho de la dulce pegaso dejó al unicornio en estado de shock. Un agujero profundo perforaba su pecho, la sangre brotaba de su boca. Los ojos del unicornio se encontraron con los del ser, y lo que vio en aquellos ojos lo desarmó. Las lágrimas rodaban por las mejillas del ser, una expresión de dolor y tristeza que contrastaba con el caos que los rodeaba.

-Tanto poder... -pronunció el ser mientras dejaba con suavidad a la tímida pegaso en el suelo. -Tanto poder que poseo y... ni siquiera pude salvarte -su voz se quebró, cargada de dolor y tristeza.

El azabache permanecía en silencio, incapaz de articular ni una sola palabra. Era un mero espectador, inmerso en la escena que se desarrollaba ante él. Sin embargo, sin ser consciente, sus ojos también se llenaban de lágrimas debido a la abrumadora carga de lo que había presenciado. Cuando finalmente recuperó la compostura, se dio cuenta de la ausencia de Twilight, la Princesa Celestia y la Princesa Luna. Escudriñó su entorno con la esperanza de encontrarlas, pero no había rastro de ellas. Su mirada regresó al lugar donde estaba el ser, solo para descubrir que este había desaparecido, reemplazado por otra figura: una silueta negra, cuyo ojo izquierdo emanaba un intenso tono rojo, mientras que el derecho brillaba en un azul cielo.

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