T2 Capitulo 3: Vanhoover

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El Pony de Otro Mundo

T2 Capitulo 3: Vanhoover

En una parte de Equestria, específicamente en un pueblo llamado Vanhoover, la noche nocturna reinaba en el cielo con su hermosa Luna y sus estrellas centelleantes. Las calles del pueblo yacían desoladas, iluminadas por faroles que arrojaban luz tenue sobre las pequeñas partes del lugar. Algunas casas aun mantenían sus luces encendidas, y el ambiente estaba impregnado con el sonido de grillos y la ventisca de un viento frío.

En otro rincón de este tranquilo pueblo, una yegua de pelaje amarillo plátano, melena y cola de un azul maya y verde trébol, con ojos violeta mermelada, trotaba con rapidez, huyendo de alguien. Su corazón latía desbocado mientras se dirigía hacia un callejón sin salida. Al percatarse de su error, se volvió para seguir huyendo, pero unos ojos que la observaban. Con miedo, retrocedió lentamente, intentando articular palabras, pero el temor le impedía hablar. Chocó contra la pared del callejón y vio como esos ojos se acercaban lentamente, acompañados por el sonido de cascos caminando. Con voz temblorosa, suplicó: 

-Por favor... no me mates. –El asesino, sin pronunciar ninguna palabra, avanzó lentamente. Y lo único que se escucho fue el grito desgarrador de la yegua resonando en la noche desolada 

OoOoOoO

P.O.V ???

Los primeros rayos de sol se filtraron en mi habitación, acariciando mi rostro y despertándome con su suave luz. Al abrir los ojos, me deshice de las lagañas con mis pezuñas, seguido de un gran bostezo y un estiramiento que generó una agradable satisfacción. Abandoné las cálidas sábanas que me envolvían y me puse de cascos. Al salir de mi habitación, me dirigí hacia el baño.

En el baño, utilicé mi cuerno para abrir la canilla del agua fría, creando un aura rojo oscuro con mi magia. Me mojé la cara, sintiendo el frescor del agua, y luego pasé el líquido por mi melena, experimentando un pequeño escalofrío que me ayudó a despertar por completo. Levité una toalla hacia mí y me limpié el rostro y la melena. Al mirarme en el espejo, contemplé mis ojos de color magenta mágico, mi melena y cola en tonos azul marino, y mi pelaje de un azul grisáceo. Mi cutie mark, un fuego celeste con una máscara de zorro, destacaba en mi flanco.

Después de peinar mi melena con esmero, salí del baño y descendí al primer piso de mi hogar. En la cocina, preparé un desayuno consistente en tres esponjosos panqueques y una taza aromática de café. Tras finalizar mi primera comida del día, lavé y guardé los utensilios, dejándolos impecables. Al consultar el reloj de pared, que marcaba las 7:44 de la mañana.

-Es temprano aún. –pensé. –A esta hora, Fly Leaf debe estar en su casa.

De repente, el sonido de alguien tocando mi puerta rompió la quietud de la mañana. Curioso, me encaminé hacia la entrada. Al abrir la puerta, me encontré con un poni terrestre de aspecto sencillo y armonioso. Su pelaje tenía tonos suaves de grisáceo que se fusionaban con una melena y cola de un celeste claro. Sus ojos, de un azul sereno, reflejaban tranquilidad y simpatía. Llevaba una bufanda anaranjada y consigo un pequeño morral.

-Buenos días, señor Chaser. ¿Cómo amaneció? –me saludó el poni.

-Buenos días, Tales. ¿Cómo le va a usted? Yo amanecí tranquilo, aunque aún tengo un poco de sueño, pero se me pasará. –le devolví el saludo con una sonrisa.

-Me alegro por usted. -respondió. Sacó un diario de su morral. –Diario del día.

-Muchas gracias. -agradecí. –Que le vaya bien en su trabajo.

-Lo mismo a usted, nos vemos. –nos despedimos, y cerré la puerta de mi casa. Me dirigí hacia un sofá, me senté y comencé a leer el diario. Había algunas noticias que no eran particularmente interesantes y otras que sí lo eran, como el hecho de que el asesino de la noche había cometido nuevamente un homicidio.

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