1- La versión de Lucius

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Son las ocho de la tarde, y aquí estoy yo, esperando en el salón, mientras mi esposa Narcissa va de un lado a otro, colocando y retocando los jarrones y la mesa de la cena, a la vez que revisa el menú y cuida de que esté todo perfecto. Está especialmente hermosa esta noche, y su cara resplandece al mirar a su alrededor, satisfecha por su trabajo.

Yo, que estoy sentado con la cabeza de mi perro Treu sobre las rodillas, pienso que tanta minuciosidad es una pérdida de tiempo, sobre todo, teniendo en cuenta quién es nuestro invitado de esta noche, pero no me atrevo a decir ni una palabra, para no empañar su entusiasmo. En el fondo, sé que debajo de todo ese ajetreo, Narcissa esconde una gran curiosidad, al igual que yo, por conocer a la mujer que acompaña a nuestro invitado, y a la que conocemos sólo de oídas.

Durante meses, he intentado que Severus acceda a presentarnos oficialmente a su esposa, pero él ha evadido todas mis invitaciones. Sólo ha cedido cuando Narcissa sugirió que quizá deberíamos ser nosotros los que les visitásemos a ellos.

Creo que debo ser más claro: la misteriosa mujer que compartirá nuestra cena esta noche se llama Selene Corine, es posible que sea mortífaga, y para su suerte o desgracia, es la reciente esposa de mi entrañable amigo Severus Snape.

Sí, ya lo sé, la idea de ver a Severus casado es tan surrealista como verme a mí repartiendo caramelos entre niños muggles, pero la explicación a esta impactante noticia está en que el Señor Tenebroso, antes de su caída, tuvo la ocurrencia de premiar a Severus por sus servicios como mortífago con una esposa.

Personalmente, creo que ese matrimonio no es más que una farsa, para que todos podamos divertirnos viendo cómo evoluciona tan singular pareja, y me repito a mí mismo que el Señor Tenebroso tenía un sentido del humor bastante peculiar.

He de reconocer que participé en las apuestas que surgieron en torno a la boda, diciendo que ese matrimonio duraría menos de una semana, y perdí estrepitosamente, porque hoy hace más de ocho meses que se casaron, sin que haya ningún intento de divorcio por su parte.

Este hecho me sorprende sobremanera, ya que nadie en su sano juicio habría aguantado tanto tiempo el insoportable comportamiento de Severus, quien puede ser muy desagradable cuando se lo propone. Así que sólo me quedan dos posibles explicaciones para este récord: o Selene es una mujer con mucho carácter, o Severus es un tirano.

Aquí están, ha sonado el timbre. Uno de los elfos va a abrirles la puerta, y Narcissa vuelve a mirar nerviosa a su alrededor, a la vez que se estira la ropa. Ante nosotros aparece el matrimonio más extraño que hemos visto nunca.

Le doy la mano a mi amigo, quien ha permanecido impasible ante los dos besos de Narcissa, y luego saludo a Selene. Es la primera vez que la veo, y me sorprende su juventud, aunque está claro que es toda una mujer. Es alta, muy pálida y tiene el pelo liso y oscuro, recogido en lo alto de la cabeza. Sus ojos castaños me miran en este momento con nerviosismo.

Selene me saluda con timidez, y por la pose que ha adoptado Severus, puedo adivinar que han venido discutiendo. O más bien, debería decir que él discutía y ella escuchaba. Al instante, sé que ella no es el tipo de mujer que puede poner a raya a Severus, así que deduzco que es la que debe sufrir el mal carácter de su marido, y siento compasión por esta pobre mujer, ya que conozco el carácter agrio de Severus.

No culpo el aire miedoso y despistado de Selene, como si no supiera muy bien qué hacer, siempre observada por su marido, quien no le ha quitado el ojo de encima, como si ella se fuese a escapar.

Pasamos con ellos al comedor, donde esperan los sirvientes, listos para atendernos.

Treu nos precede, y me espera junto a mi asiento, como tiene costumbre, a pesar de que Narcissa se queja constantemente, porque no considera de buena educación tener a un mastín negro presente en la cena.

Conociendo a S. (Severus x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora