Moria

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Los pobladores de las Montañas Azules están ansiosos por la llegada de los valientes soldados que fueron a luchar para las minas de Moria, también conocidas como Khazad-dûm.

Entre esos soldados se encuentra Thorin, tu mejor amigo.

Al conocer lo que sucedió, a través de Balin, corres hacia su habitación y tocas suavemente la puerta.

- Thorin- lo llamas de detrás de la puerta

- Déjame solo- el tono molesto y triste de tu amigo te parte el corazón

- No puedo- te sientas apoyándote en la puerta- tu estuviste conmigo cuando murió mi madre, aun cuando quería estar sola.

- Aunque no quieras voy a estar a tu lado, aunque esté sentada aquí afuera. Estaré en silencio, pero estaré aquí para cuando lo desees- No te vas a ir de ese lugar, no quieres que él esté solo en este momento.

- ¿Sigues ahí?- sonríes ligeramente ante la pregunta

- Si, sigo aquí- escuchas sus pasos acercándose, por lo que te separas de la puerta.

- Thorin- lo ves decaído, y aun con la suciedad del viaje. Sin importarte te acercas a él y lo abrazas

- Gracias- susurra abrazandote- Gracias por todo

- No hay de qué- te separas de él y le das un beso en la frente- me importa como estés. Y si tu puedes ser tercos, yo puedo ser doble de terca- logras que se ría ligeramente,

Entras a la habitación, cerrando la puerta detrás tuyo y llevas a Thorin hasta la cama. Dejas que se siente y procedes a limpiarle un poco la cara.

- ¿Qué te parece si te ayudo a bañarte y luego nos acostamos en la cama?

- Me gusta la idea- dice sin mucho ánimo

- Bueno, voy a preparar la bañera, tu Sácate la ropa- lo dejas solo para que tenga su privacidad y tu vas a llenar la bañera- listo, ya puedes pasar- te pones de espalda a la puerta y dejas entrar a Thorin

- Ya entre- escuchas tu señal para buscas una silla y sentarte detrás de Thorin, así tener mejor acceso a su cabello- ¿Y Dis? ¿Cómo está?

- Lo último que supe es que estaba durmiendo, hoy tuvo un día movido y terminó muy cansada.

- Mejor- apoya su cabeza en el respaldo y cierra los ojos. Reviviendo la imagen de Azog lanzando la cabeza de su abuelo y haber encontrado el cuerpo de su hermano Frerin

No tienes palabras para hacerlo sentir mejor, nunca viviste lo que él hizo, nunca perdiste a un familiar de tales formas. Lo único que puedes hacer es cantarle, mientras limpias su pelo. No serás su pareja o su madre, pero él te dio el permiso de limpiarle el pelo.

El enano abre los ojos y te mira atento, mientras cantas. Al verlo le sonríes de forma tierna y te acercas a su rostro, para volver a darle un beso en la frente. Thorin se agradece con la mirada y vuelve a cerrar los ojos. Pudiste notar la tristeza que carga y no muestra. Quieres que libere todo lo que siente, pero no lo puede hacer, no debe hacerlo. Para ti eso está mal, Thorin podrá formar parte de la realeza, pero es un ser vivo que tiene sentimientos como cualquier otra persona.

- ¿Hay algo que quieres hacer?- preguntas

- Luego de descansar y comer algo quiero cortarme la barba- aquellas palabras te sorprendes- me parece lo correcto, por todas las vidas que se perdieron

- Yo te apoyo. Si para ti es lo correcto, para mi lo es- Thorin te sonríe.

Terminas de limpiar su pelo, y empiezas a limpiarte la espalda y cuando terminas, lo dejas para que termines de bañarse. Mientras esperas ordenas un poco la habitación y buscas ropa para llevarle ropa limpia para dejársela en el baño.
Al terminar lo esperas sentada en la cama, apoyada en el respaldo de la misma. Al verlo abres los brazos para recibirlo.

- Ven aquí- dejas que Thorin se acomode en tu pecho y lo abrazas, acariciando su hermosa cabellera.

- Agradezco tener una amiga como tu- sonríes ante aquellas palabras

- Me alegra escucharlo- sigues acariciando su melena- yo agradezco que me hayas dejado entrar tanto a la habitación hoy, como a tu círculo.

- ¿Y cómo no lo iba a hacer?- se levanta un poco para mirarte- me ayudaste un montón en nuestro exilio. No era de tu incumbencia, ni tu obligación, pero aún así nos brindarte mucho más de lo que te hubiéramos pedido. Nos diste la comida y el abrigo que pudiste, nos ayudaste a distraernos un poco, en especial a los niños. Fuiste una de las pocas personas que nos brindó ayuda sin que te la pidieran y para mi eso es muy valioso. Debido a todo eso haría cualquier cosa por ti, eres muy importante para mi- no puedes evitar sonrojarte.

- ¿Incluso liberar lo que estás sintiendo ahora?- dices un poco más tranquila.

- Sabes que no puedo- se separa a ti- no debo

- Thorin eres un ser vivo, si eres de la realeza, pero eso no impide nada

- No lo voy a hacer- dice con un tono molesto

- Llorar no te hace débil, ni menos hombre, ni menos príncipe. Te hace una persona con sentimientos- te acercas a él y lo abrazas por la espalda- tienes todo el maldito derecho de llorar, se que eres un guerrero, que está acostumbrado a ver sangre, violencia y muerte- te colocas delante de él y pones tus manos en sus mejillas- pero perdiste a muchos compañeros, perdiste a tu abuelo, a tu hermano, a tu padre- ves cómo sus ojos empiezan a brillar- eso no es fácil de digerir, perdiste mucho en tan poco tiempo- ves como una lágrima sale de su ojos izquierdo y apoyas tu frente en la de él- no hago esto porque quiero humillarte, lo hago porque me importas, me importa tu salud, quiero ayudarte, nada más- sientes como una de sus manos toma una de las tuyas. Como su cuerpo empieza a temblar debido a los sollozos, que poco a poco se fueron transformando en un llanto

Thorin cayó de rodillas y tú con él. Refugio su cabeza en tu pecho. Tú no puedes emocionarte también, te duele escucharlo así. Pero al mismo tiempo te hace feliz, no solo porque está liberándose, si no que lo está haciendo contigo.

Lo abrazas más fuerte, lo acercas mas a tu cuerpo. Pero terminas separandote de golpe al escuchar la puerta abriendo bruscamente, dejando ver a una pequeña Dis llorando

- Ven aquí- la niña corre hacia ustedes y se refugia entre sus cuerpos- los tengo a los dos, no los voy a soltar

- Gracias- Thorin te agradece y te da un beso en la cabeza- Gracias por cuidarnos- lo miras a los ojos y le sonríes

- Siempre- acaricias la mejilla

Tras unos minutos abrazados, los tres se dirigen a la cama y dejas que te usen de almohada. Mientras más cómodos estén ellos, más feliz eres.

Les acaricias la cabeza a ambos, miras como Thorin acaricia la espalda de su hermanita.

Te causa un poco de risa, ver a Dis, una niña de tan solo 10 años y luego Thorin, aunque no sea mayor de edad, no es un niño, pero sientes como si fuera uno.

Tarareaste hasta que viste que se durmieron. Sonreíste, pero no dejas de acariciarlos, quieres que aunque estén dormidos estén tranquilos dentro de sus sueños. Los protegeríatal como ellos hacen contigo

Mundos MixtosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora