DECIMOCUARTO CAPÍTULO

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CAPÍTULO XIV

Aaron

Bella se dirigió al segurata. Este pareció conocerla de otras veces, pero a mí se me quedó mirando un poco raro.

-Perdone, ¿quién es usted?- me dijo con una voz bastante grave.

-Es mi acompañante, déjelo entrar conmigo- me cogió de la mano.

-Vale, pero que sea la última vez, porque hay una gran cola esperando-

Para gran cola la mía.

Entramos. Yo iba detrás de ella, viendo como su pelo lleno de rizos se movía de un lado a otro.

Y tal vez no solo le mirara el pelo. Calma Aaron, calma.

Se giró hacia mí.

-Voy a pasar al escenario, tómate algo mientras, pero no te emborraches más-

-Vale mamá- empezó con sus caras de asco hacia mí, ya era algo normal, aunque en cierto modo me estaba acostumbrando a picarla.

El espectáculo tardó unos minutos en empezar, imagino que estaría preparándose, afinando la guitarra... Hasta que empezó, y sinceramente cantaba como los ángeles, aunque eso nunca se lo admitiría cara a cara, claro está.

-Buenas noches, ¿qué desea tomar?- se acercó una camarera con el pelo azul y verde.

-Una cerveza sin alcohol, por favor- recordé las palabras de Bella de no emborracharme.

-Ahora mismo-

De repente me di cuenta de que había a mi lado un grupo de chicas que no me quitaban el ojo de encima, sobre todo una, que era la que más me había llamado la atención. Así que la invité a una copa y luego nos acabamos liando.

Perdí la noción del tiempo, se pasaron las horas muy rápido, así que esperé a que Bella saliera.

-Bueno, ¿qué te ha parecido?- se acercó a mí.

-Nada del otro mundo, he visto cosas mejores-

- ¡Qué arrogante eres, hijo!- me miró mal.

-Te odio- le dije devolviéndole la cara de asco.

-Yo más- dijo mediante un susurro, empinándose para poder llegar a mi altura.

-Tengo hambre, si quieres nos acercamos a algún restaurante de por aquí cerca y pedimos la cena para llevar-

-Uy, tú queriendo ir a cenar conmigo, ¡qué romántico! ¿Has bebido?- dijo con ironía.

-Sí- mentí- Y no quiero, pero tengo hambre, y por si te lo habías preguntado no me arrepiento de nada de lo que te dije anteriormente-

-Vale, pero no creo que a las tres de la mañana esté algún sitio abierto- dijo.

-Tranquila, he hecho esto muchas veces, ¿te gusta el Kebab?- murmuré.

-Nunca lo he probado-

-Me lo tomaré como un: está muy bueno, vamos a por ello- se mostró indignada.

Llegamos, y Gary estaba en el mostrador.

- ¡Ey colega! ¿Cómo te va?- le dije a mi viejo amigo.

- ¡Aaron! ¡Chaval! Me va bien, intentando seguir adelante con el negocio, ¿y tú qué tal? ¿Es tu nueva novia?-

-Me alegro. Yo también bien, estudiando. No, es una amiga- esta chica no era novia ni de broma.

Ya...

-Ajá, bueno, ¿qué os pongo?- tomó nota.

Nos dieron la comida y nos fuimos a casa, llegamos a esto de las tres y media.

Entramos y Bella fue corriendo a su habitación, yo mientras me quité la camiseta y los pantalones en el salón, últimamente hacía mucho calor en casa de mi abuela, así que me quedé en calzoncillos.

Fui a la cocina y calenté la cena. Al llegar al salón me encontré a Bella, con un pijama de franela que la cubría todo el cuerpo. Ella se puso roja al verme.

- ¿No tienes frío?- preguntó, aún roja.

-La verdad es que no- sonreí.

-Pues yo sigo estando helada- tembló.

-Si quieres enciendo la chimenea- le dije.

-Si no te importa...-

Colocamos los platos en la mesa pequeña al lado del sofá, que estaba enfrente de la televisión. El kebab estaba buenísimo, y creo que a Bella también le gustó.

- ¿Tú crees que Aurore vendrá ahora de repente?- me miró preocupada.

-Qué va, seguramente esté dormida como un tronco, son casi las cuatro de la mañana -

-Dios, es muy tarde, debería acostarme ya- se levantó rápidamente del sofá.

-Qué va, tú te quedas, además, ¿tú no te habías visto las películas de James Bond, cierto?- la tiré del brazo para que se sentara otra vez.

-Cierto-

-Pues las vamos a ver, ponte cómoda-

Encendí la televisión y las busqué, eran mis favoritas.

Mierda. No había palomitas. No pasa nada.

La película empezó y me quedé enganchado todo el rato, aunque he de admitir que algunas veces la miré de reojo, hasta que se durmió. ¿Cómo una persona podía seguir siendo tan guapa durmiendo? No lo entendía.

Echaría la culpa al puto alcohol, pero no hay ni una mísera gota de este en mi cuerpo ahora mismo.

Y en ese momento noté que algo en mi entrepierna se había hinchado. Así que no aguanté más y me la froté todo lo que no está escrito, dando vida a todas las imaginaciones posibles que podía hacerme en aquel instante.

Joder, cabrón, no podía más.

Más tarde, me vinieron las dudas. Estaba seguro de que había visto o escuchado hablar de esta chica a mi abuela antes de que apareciese, y... ¿Estaba siendo un capullo con ella? ¿Acaso me estaba atrayendo y no sabía expresar todo eso que sentía? ¿Se merecía un te odio o un te quiero de mi parte? O a lo mejor solo era un calentón de una noche, nadie lo sabía. Pero de lo que estaba seguro era que un te odio podía significar mucho más que mil te quieros.

Así que recogí todo y me fui a mi cuarto dejándola allí dormida. No sabría explicar lo que me pasó esa noche, pero ya se vería en un futuro los efectos que podría provocar.

☆☆☆

¡Holaa a tod@s! Aquí os dejo un nuevo capítulo. Esta vez Aaron es el narrador.😉

¡Espero que os guste! :)

Con cariño,
Carla🍂

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