Parece fácil

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Los medios de comunicación llegaron temprano, querían cubrir la noticia del regreso de tan afamado escritor.
Rusell se sentía nervioso, ansioso, pero esta vez fue diferente... Su mano se aferraba a la de Ziohn quien le susurraba palabras de amor.

La recuperación de Rusell no era cosa sencilla, a veces se encontraba de un humor oscuro y gritaba por todo.
A veces quería tomar una copa nada más, a veces sentía que nunca se levantaría, pero entonces miraba las fotos y observaba que ya no estaba la de Dante, y él sólo había decidido reemplazarlas por nuevas fotos, del centro de rehabilitación, de sus nuevos amigos en alcohólicos anónimos, de otros autores y la más especial, Ziohn sentado ajeno a todo observando algo en su computadora, con una ropa tan indigna que hacía sonreír a Rusell y entonces se reiniciaba.

—¿estás seguro de no querer dejar la foto de Dante en la repisa?, había preguntado Ziohn cuando vio a Rusell hacer todos esos movimientos, Rusell en cómoda ropa deportiva estaba haciendo parte de SU limpieza.

Con calma asentó la bolsa en él suelo y tomó el rostro de Ziohn entre sus manos. —Siempre voy a recordar a Dante, pero hoy, te amo a ti.
Con calma y sin prisa besó a Ziohn, que poco a poco cada día se mostraba más receptivo y cercano a Rusell.

La primera semana el libro estaba en el top de los más vendidos, era todo un acontecimiento el retorno del escritor de historias homoeróticas.
En el blog que la editorial había creado para el escritor, los lectores y nuevos fans, dejaban sus comentarios y buenos deseos. También preguntaban sobre la fecha de un nuevo libro. Rusell se sentía contento con la respuesta de sus lectores, en lo profesional no podía estar más satisfecho, pero era hora de avanzar y poner nombre a su relación.

— ¡Hey, Ziohn!, Rusell terminaba de escribir y guardaba su documento cuando decidió que era un buen momento para platicar con Ziohn que recién había regresado de un viaje de negocios.

— ¿Qué sucede Rusell?, Ziohn bajó la carpeta que leía, para mirar a un despeinado pero atractivo escritor.
Y es que a pesar de que la pareja dormía junta, no habían consumado el acto sexual. Más podrían parecer adolescentes hormonosos y calientes que se manoseaban. Ambos no habían pasado de jugar con sus agujeros.
Parecían masoquistas, pero deseaban que sus sentimientos quedaran claros entre ellos.

—Vamos, te invito a cenar, Rusell optó por no adelantar algo de lo que quería hablar.

—Deja solo guardo mis cosas y nos vamos, Rusell no necesitó un lugar caro o vestirse con marcas impronunciables, solamente necesitaba determinación.

— ¿Crees que debamos salir así o nos cambiamos?, preguntó algo preocupado Ziohn.
Rusell sonrió, su previsible hombre de negocios no lo defraudaría.

—Para mí estas perfecto con esta ropa. De forma juguetona, Rusell añadió, —además ni que fuera a pedirte matrimonio.

Ziohn bajó la mirada, eso dolió porque de alguna forma y secretamente esperaba algo así pero  su pensamiento lógico lo reprendía, argumentando que nada podía estar más lejos cuando ni aún estaban en una relación.

El lugar era bastante relajado y bonito.
Iluminado sólo suficiente.
— ¡Qué bonito lugar!, Ziohn miraba con curiosidad mientras Rusell se sentía en una mezcla del amo del mundo y el pendejo más grande por lo nervioso que se sentía.
La mesera los guió hasta la mesa, dejándoles la carta, no demoraron mucho en hacer sus pedidos.

— ¿Cómo fue el viaje?, Ziohn bebió un poco de vino antes de responder.

—Bien, un cliente quería invitarme a cenar pero yo no estaba interesado.

Rusell tensó la mandíbula, definitivamente era el momento.

—Qué bueno que no aceptaste esa invitación o tendría que haber matado a golpes al hijo de puta que haya intentado algo más.
Ziohn miró con aquellos ojos brillantes a Rusell.

Traer de vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora