La mirada del pelirrojo pasaba repetidamente por el vidrio del auto lujoso en el que estaba junto con su suegro.
Y ahí se dio cuenta en la semejante cagada, que se metió.
Al inicio accedió, para verse como el novio comprometido a la causa, al frente de Xiao. Pero una vez que lo tuvo a pocos metros de distancia suyo, con su camisa desabrochada extendiendo su cuello desnudo, a la vez que mantenía sus grandes manos en el volante.
Se dio cuenta en lo que se había metido. Y esta vez era una enorme.
Durante todo el trayecto, nadie había dicho palabra alguna.
De vez en cuando, Childe pasaba su mirada por el cuerpo del castaño, observando ligeramente cada parte de este, hasta detenerse en la curva de su cintura y trasero y sonrojarse, cual quinceañera en pubertad.
Se sentía patético.
Era un sentimiento extraño, como si al cruzar miradas con el castaño, una carga eléctrica inexplicable pasara con rapidez por su corazón.
En un comienzo, pensó que era, por lo jodidamente atractivo que era el padre de su novio, pero conforme pasaban las horas, se daba cuenta que era más allá de eso.
¿Probablemente era admiración?
—Voy a serte sincero.
La voz gélida de Zhongli arrastra a Childe de golpe a la realidad.
Había estado tan absorto en sus pensamientos que olvido por completo a donde iba. Por lo que sin darse cuenta ya habían estacionado, pero debido a la poca iluminación que había en el lugar, no se percató en donde estaban.
—Si—pregunto tratando de enfocarse en la conversación y no en lo bueno que estaba el castaño.
El castaño aclarando su garganta, sacándose el cinturón de seguridad y regresando su mirada al pelirrojo.
—Te quiero lejos de mi hijo—soltó de la nada sorprendiendo al menor.
Childe palideció al instante sin saber que hacer o que decir. Por lo que solo se limitó a mirar con detenimiento lo que hacía el castaño.
Por otra parte, el nombrado abría ligeramente las ventanas de su auto antes de sacar un cigarrillo de alguna parte de su carro y llevárselo a la boca antes de encenderlo para mirar desafiantemente al menor.
—No quiero, que lo veas más o veras el jodido dolor de huevos que puedo ser.
A este punto, ya ni siquiera era una conversación de suegro y nuero, era una completa amenaza.
La cual Childe ni de chiste iba a permitir.
—Xiao no es un niño pequeño, para que usted le diga que puede o no hacer—reclamo sacándose también el cinturón de seguridad.
El pelirrojo que segundos antes estaba completamente hipnotizado con la belleza del mayor, cambio su expresión a una más seria y completamente llena de furia. No iba a permitir separarse de Xiao, no asi de fácil.
—No es una pregunta mocoso, te dije que te quiero lejos de mi hijo—gruño tomando una bocanada larga de su cigarrillo.
La furia nubló las facciones de pelirrojo, mordiendo con ira su labio inferior.
Esto debía ser una jodida broma. Y no iba a aceptarlo.
—Tampoco le estoy preguntando qué hacer, señor Morax. Porque créame—las palabras del pelirrojo empezaron a salir por si solas, dejándose llevar nuevamente de sus impulsos. —Lo que usted ha hecho por Xiao no ha sido ni la mitad, de lo que yo he hecho por él, porque usted es una basura de padre. Que abandono a su hijo a su suerte y ahora viene como si nada a tartar de influenciar a su vida—sus palabras continuaron saliendo sin ningún tipo de remordimiento. —Y usted no tiene derecho alguno de jodernos a ninguno, porque yo amo completamente a su hijo.
Una pequeña risa por lo bajo distare a Childe de su maravilloso discurso y lo desvía de nuevo hasta el cuerpo del castaño que juega con la colilla de su cigarrillo.
—Vaya, asi que si eres entregado eh—soltó una carcajada mordiendo ligeramente su labio inferior. —Pero eso no va a detenerme a que te joda la vida.
Los músculos de la mandíbula del ojiazul se tensaron al observar como el castaño continuaba fumando su cigarrillo.
Por lo cual, tuvo que recurrir a su plan B.
Y aunque no tenía un plan B preparado, se dejó llevar completamente de lo que su cuerpo le podía.
Si no podía estar con Xiao, al menos podría estar con alguien más cercano de él.
Con cierta malicia su boca se curvo en una sonrisa diabólica, conservando como su suegro fumaba de lo más tranquilo. Iba a demostrar que no era el único capaz de joder la vid la alguien.
—Tal vez tengas razón—dijo por lo bajo fingiendo la voz más angelical que le salió. Debía buscar alguna forma de subir su ego.
—Siempre la tengo—admitió riendo por lo bajo el castaño.
—Porque yo quiero ir más allá de Xiao—soltó sin previo aviso acercándose ligeramente al mayor.
Zhongli se detuvo al instante en que las últimas palabras salieron de la boca del pelirrojo para regresar su mirada hacia el cuerpo del contrario y ver como lentamente se le acercaba con una mirada perversa en sus ojos.
Estaba planeando algo jodidamente peligroso.
—A que te refieres—pregunto curioso, viendo hasta donde iba a llegar.
Zhongli no era tonto, sabía que esas palabras venían con otras intenciones.
—A lo que escuchaste—refirió el menor acercándose hasta quedar a centímetros de mayor.
El castaño estaba a segundos de pararlo y empujarlo con fuerza hacia el asiento de copiloto, sin embargo, el pelirrojo fue más rápido y en cuestión de segundos paso su mano por encima de la tela de su entrepierna.
—Detente—exclamo con furia el castaño agarrando de manera brusca la mano del menor.
—Lo hago—pregunto desafiante el menor agarrando con su otra mano el muslo del mayor y estrujarlo con deseo.
—Sabes en lo que te estas metiendo—desafío el mayor apretando con fuerza su agarre.
Los ojos de Childe se cruzaron con la mirada frívola del mayor, sonriendo maliciosamente y relamiéndose ligeramente su labio inferior.
—Enserio cree que no me di cuenta de cómo me ha estado mirando, suegrito—susurro a centímetros de su rostro antes de zafar el agarre y continuar con lo que estaba haciendo.
La verdad era que quien había estaba mirando todo ese tiempo era Childe, pero de todas las veces que lo hizo, Zhongli le regresaba la mirada y continuaba explorando más allá de lo que la imaginación le permitía.
—Estas consciente lo que vas a hacer—pregunto el mayor tratando de detenerlo.
Pero a ese punto, el pelirrojo ya no escuchaba, estaba completamente consumido por el cuerpo del mayor.
Con decisión paso sus manos por la cintura del ojimiel y bajo un poco más hasta la cremallera de su pantalón para bajarla despacio, rozando con el miembro abultado del contrario.
El castaño cerro sus ojos con fuerza, tratando de agarrar un poco de fuerza de voluntad para separarlo.
Pero en el momento en que ambos cruzaron sus miradas, sabiendo que estaba muy mal lo que hacían. No quisieron detenerse.
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Amantes || Tartali - Xiaoven Fanfic
FanfictionSmut. Los personajes pertenecen a Hoyoverse, esto solo es una novela de fans para fans...♡