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La mesa principal, donde se servía la comida era más grande de lo que Childe recordaba y al estar tan cerca de su suegro. Lo hizo sentir más incómodo.

En la poca media hora que llevaba con el señor presente ya la había cagado dos veces.

Y todas esas veces Xiao lo había ayudado.

—Asi que—empezó a hablar el mayor extendiendo un poco de la cena de la noche a su boca. —Que estás estudiando—pregunto de manera intimidante.

Tartaglia aclaro un poco su garganta tratando de sonar lo más relajado posible.

—Negocios Internacionales—dijo con una ligera sonrisa incomoda en su rostro.

Zhongli lo miro asintiendo mientras alzaba su copa.

—Y porque crees que serias bueno para mi hijo, después de que huiste y me faltaste al respeto—soltó de la nada el mayor haciendo sonrojar a Chile.

A pocos metros de ambos, un pelinegro miraba la escena negando con la cabeza y apretando su entrecejo con fuerza.

—Padre, déjalo—reclamo Xiao tomando un poco de vino. —Se supone que viniste a conocerlo, no ha espantarlo, es mi novio no uno de tus mafiosos.

Zhongli aclaro su garganta evitando la incomodidad.

—Está bien, al menos debo agradecerte por este presente—dijo el castaño cambiando el ambiente.

Childe suspiro por lo bajo un poco más tranquilo. A pesar que la situación, no había mejorado en lo absoluto, al menos sintió un pequeño avance con las palabras de agradecimiento de su suegro.

—No, es necesario agradecer, señor Morax. Haría lo que sea por su hijo—admitió el pelirrojo agarrando ligeramente la mano de su novio y dejar un beso cálido en esta. Llevando asi la atención de los presentes que, al mirar a la parejita, no pudieron evitar soltar suspiros de dulzura.

—No necesito tu falsa modestia—contrataco el castaño arruinando el ambiente que había creado el pelirrojo.

Xiao bastante cansado de la inmadurez de su padre, le extendió una mirada frívola, pero a la vez llena de sentimientos negativos por su actitud.

No era la primera vez que le presentaba a un novio suyo, no entendía la apatía hacia Childe.

—Amor tienes clases mañana—pregunto el pelinegro acariciando la mano de su enamorado.

Childe bajo su mirada al cálido roce de su novio y entendió con rapidez su plan.

Quería llevarlo lo más lejos posible de su padre.

—Si, creo que debería irme después de la cena—comento con ligera tristeza fingida.

—Oh. Lamento mucho escuchar eso, mi vida—contesto el mas bajo besando la mejilla de su enamorado. —Después de la cena, te llevo a tu casa.

Y como si se tratara de un niño pequeño, Childe dejo que Xiao le hiciera pequeños pucheros y arrumacos en mitad de la cena.

Tanto Tartaglia como Xiao eran demasiado astutos, y habían utilizado esa táctica un millón de veces para zafar de cualquier lugar en el que no quisieran estar. A veces era el menor de ambos quien fingía tener muchos asuntos pendientes, para que su novio lo llevara a su casa y escapen de cualquier situación incómoda en la que estén.

Sin embargo, todos sus planes se irían al carajo cuando una voz ronca interrumpiría la escena de la pareja.

—No es necesario, Xiao. Puedo llevar a Childe a su casa—sugirió Zhongli captando la atención de todos los presentes.

El ojimiel maldijo por lo bajo recordando la clase de persona que era su padre. Si el era astuto, su padre era el doble.

—No es necesario—respondió soltando una pequeña risa nerviosa. Lo que menos quería, era que ambos se involucraran por un largo tiempo a solas. —Puedo llevarlo yo y después regreso.

Zhongli soltó una pequeña sonrisa y levanto su mirada, desafiando a su pequeño hijo.

—Insisto—continúo mirando al pelinegro de manera desafiante. —Todavía tengo muchas cosas que hablar con tu novio.

La desesperación y furia empezó de a poco a subir por el cuerpo de Xiao mientras apretaba con fuerza el tenedor de su mano. Apenas llegaba su padre y ya lo estaba jodiendo de una manera increíble.

—Padr-

—Está bien señor—la voz gélida de Childe interrumpió por completo el habla del menor, junto con un ligero apretón de mano. —Todavía quisiera conocerlo más.

Los ojos de Xiao se abren de par en par mientras escucha a su novio acceder ante la tonta petición de su padre. Debía ser una jodida broma.

—Voy a estar bien—susurro el pelirrojo por lo bajo guiñando ligeramente su ojo. Lo cual, en vez de tranquilizar a su novio, lo hizo preocupar más.

—Está bien, entonces una vez terminemos, te llevare a tu casa.

Y dicho lo último, la cena continua como si nada hubiera pasado, pero por dentro el corazón de Xiao latía con demasiada fuerza, junto con un sentimiento de odio inexplicable que solo una persona en ese momento, podía sanar.

Apretando con rabia su labio inferior, busco conla mirada a ese pequeño de mechas azules que conocía tan bien y al momento enque sus miradas se encontraron, se dio cuenta de lo mucho que se arrepentía deno haberse acercado a Venti, cuando tuvo la oportunidad.

Amantes || Tartali - Xiaoven FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora