Tartaglia suspira pesadamente mientras continua con su trabajo de organizador.
Estaba demasiado estresado.
Tenía 3 días para organizar el mayor evento de su vida.
La fiesta de bienvenida de su suegro.
Cuando le comento a Xiao la maravillosa idea de darle una fiesta sorpresa a su suegro por su llegada. Se opuso al instante.
El menor de ambos, sabía que su padre no era del todo fan de las fiestas y mucho menos de las sorpresas.
Pero a la final accedió. O bueno, se vio obligado a hacerlo.
—Amor—lo llamo el pelirrojo acercándose un poco más al menor.
—Que paso, Childe—pregunto mordiendo su labio inferior con recelo.
No sabía como hacer que su novio pare.
—Cuales bocadillos crees que sean mejor—interrogo mostrándole dos bandejas con distintos bocadillos.
—Mhh creo que...—murmuro por lo bajo, sin saber que decir. —Creo que es mejor preguntarle a Venti—dijo finalmente tratando de zafar de la situación.
—Oh, sí. Tienes razón—aseguro asintiendo su cabeza como si se tratara de un cachorrito. —Necesitamos la opinión de alguien sin corazón—afirmo el ojiazul dándose la vuelta para buscar a su amigo.
A pocos metros de distancia de la parejita, se encontraba el pequeño pelinegro con sus típicas ropas oscuras y con su expresión de pocos amigos.
—Oye, puedo escucharte—gruño agarrando uno de los bocadillos y arrojándoselo al mayor.
—Bueno, como sea—bufo mostrándole las bandejas. —Cuál de las dos es mejor.
Venti, resignando y observando como Xiao a pocos metros de distancia, miraba con entusiasmo la escena. Se vio obligado a comer uno de los bocadillos.
—Si muero acá, quiero que sepas que te matare—amenazo llevándose un tipo croassant a su boca.
De a poco fue masticando tratando de sentir la mezcla de sabores que llenaba su boca, pero más rápido de lo esperado salió corriendo al basurero más cercano de la zona.
—Que mierda es esto—pregunto mientras se limpiaba la boca con una servilleta de tela.
—Son empanadas de croassant—respondió el pelirrojo haciendo estallar de la risa a su pareja.
—Hijo de-
Y dicho lo último, estallo la pelea entre ambos.
Venti quien era el más bajo del grupo de amigos se abalanzo hasta el ojiazul agarrando el suéter de lana que llevaba y daba pequeños golpes a su adversario. Mientras que Tartaglia, solo se limitaba a soltar pequeñas carcajadas a la par que dejaba que los golpes de Venti llenaran su abdomen.
Pero, por otra parte, en esa pequeña fracción de segundos, el ojiverde solo se deleitó de algo en específico.
La calurosa risa de Xiao que llenaba todo el lugar.
Siendo honesto, si hacer ese tipo de estupideces, hacia reír a Xiao de esa manera. Era capaz de hacerlas sin parar, solo para verlo.
Venti amaba cada parte de Xiao con tanta locura.
Y a veces pensaba que lo amaba hasta más de lo que Tartaglia lo hacía.
—Fua me rindo—dijo finalmente le pelirrojo zafándose del agarre del más bajo.
—Asi me gusta, perra—afirmo el pelinegro orgulloso de sí mismo.
—Bueno, ustedes sigan aquí, yo debo continuar con mi fiesta—dijo finalmente antes de acomodar su cabello y salir en dirección al patio trasero de la casa de los Lapis. Dejando completamente solos a ambos muchachos y con un Venti con el corazón completamente acelerado.
Las veces que se había quedado a solas con Xiao eran casi contables con sus dedos, por lo cual, al estar sin nadie a su alrededor lo ponía más nervioso que de costumbre.
Casi siempre estaban alrededor, aunque sea de una persona y verlo ahí, sonriendo dulcemente mientras jugaba con sus uñas pintadas, hizo remover cada parte de su corazón.
—Fua tu novio es un imbécil—rio el menor de ambos tratando de ocultar sus nervios.
El ojimiel regreso la mirada al ojiverde asintiendo dulcemente.
Xiao era tan jodidamente hermoso.
—Lo es—rio afirmando con su cabecita. —Pero asi lo quiero.
—Si, eso está bien—dijo vagamente quedándose con lo último que dijo el más alto de ambos.
Venti, sabía que querer y amar eran dos cosas totalmente distintas.
Tu podías decir querer a tu mascota o hasta tu mejor amigo. Pero amar, eso era algo mucho más fuerte.
—Vas a venir a la fiesta—pregunto el ojimiel sacando de sus pensamientos al menor.
Venti regreso su mirada a esos ojos que tato le encantaban y asintió mordiendo ligeramente su labio inferior.
La verdad era que ninguno lo había invitado, pero prácticamente era casi de la familia asi que tenía que ir sí o sí.
—Pues alguien tiene que salvarte de Childe y tu papa, no crees—bromeo mordiendo ligeramente el interior de su mejilla.
Xiao soltó una carcajada por lo bajo.
—Creo que si—asintió con una sonrisa en sus labios. —Espero que todo salga bien y no haya ninguna sorpresa tonta por Tartaglia—comento con una ligera sonrisa triste en su rostro.
—Espero que si...—musito el menor deteniéndose por unos instantes en observar cada parte del rostro de su amigo.
Esa era una de las actividades favoritas de Venti.
Se podía quedar horas y horas observando a detalle cada facción de Xiao y probablemente nunca se cansaría.
Aunque lo que no sabría Venti, es que no era el único que disfrutaba haciendo eso.
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Amantes || Tartali - Xiaoven Fanfic
Hayran KurguSmut. Los personajes pertenecen a Hoyoverse, esto solo es una novela de fans para fans...♡