Capitulo 6

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Suguru Geto

Despues de aquella conversación con Satoru en el salón de clases, un miedo recorrió mi cuerpo, uno donde por mis impulsivas respuestas arruinaba los planes de mis padres. Ese sentir de haber fallado en lo único que me había encomendado me hizo querer buscar al peliblanco y de alguna forma remediarlo.

Temía que cancelara el matrimonio, sin embargo, mi cuerpo fue incapaz de moverse y cual cobarde me quede encerrado en el cuarto, al siguiente día llegue más tarde de lo normal solo para ver que Shoko era la única y que debíamos ir a una misión.

Aquello me ayudo a despejar la mente y pensar mejor el cómo actuaria con Gojo, debía tener más cuidado con mi traro y arreglar aquella discusión.

“Me gustas”

¿Era posible eso?, aunque intente evadir el significado tras esa confesión, en mi cuarto no pude, y ahí como la ráfaga de un violento viento caí en cuenta de que Satoru me había dicho algo tan importante y yo solo lo ataque.

Y al ver sus ojos entre lágrimas solo pude recordar una frase:

“Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos”

Dios, debo pedir una disculpa, y esa era mi intención en la mañana que lo vi en la cocina, pero el actuó como si nada hubiera pasado, aunque eso no quería decir que su trato también lo era, para empezar, no dejaba de llamarme Geto, algo que él no hacía desde que me conoció. De igual forma se retraía más en su propio espacio y en ocasiones se iba sin decir nada.

Sabía que lo tenía más que merecido, pero su nueva forma de ser era tan ajena al comienzo que empecé a resentir su antiguo trato, uno donde lo tenía a todas horas a mi lado o donde siempre estaba con un libro e intercambiaba ideas conmigo.

Decidí dejar aquello como una batalla perdida y los dias continuaron, nuestro distanciamiento era tan notorio que Shoko me pregunto qué había pasado entre nosotros, incluso el maestro Yaga y chicos de primero.

Nunca supe que contestar y me limitaba a decir que ambos teníamos cosas que hacer.
Para mi buena o mala suerte las misiones en conjunto regresaron, claro, solo él y yo, ya que Shoko estaba aprendiendo a hacer otros tipos de rituales.

Nuestro desempeño no se vio afectado en absoluto, seguíamos siendo tan eficientes como siempre y el trabajo en equipo era perfecto, era como si leyéramos nuestras mentes. La sincronización que teníamos me aterraba en ocasiones. Lo único que cambio era que al terminar la misión él siempre se apartaba con la excusa de comprar recuerdos y dulces para sus noches de películas con un chico de primero.

Asi que se volvió una costumbre tragar las maldiciones en soledad, y cuando eso pasaba sentí un golpe de realidad al ver que era diez veces más desagradable a comparación de cuando estaba Satoru a mi lado.

“Pide una disculpa”

Mi mente me lo repetía una y otra vez, ya no era por la voluntad de mis padres, era mía, esta me exigía pedir perdón.

Pensé muchas veces en cómo hacerlo pero nada me convencía.

-Necesito que neutralicen una maldición en el edificio del Distrito 15, Satoru, ni se te acurra hacer pedazos el lugar otra vez- el maestro Yaga nos da un folder con la misión y lo aceptamos sin replicar.

Al llegar al edificio coloco la cortina, el lugar estaba abandonado y en pésimas condiciones de higiene.

-Aquí dice que la maldición se originó por una mujer que fue engañada por su familia y esposo, tal parece que iba a recibir una fuerte herencia por sus abuelos, sus hermanos y esposo la envenenaron lentamente para que no pareciera asesinato, en su lecho de muerte ella descubrió todas las mentiras y maldijo a toda su familia y a todos los que mienten- me dice Satoru mientras buscamos a la maldición, el edifico era muy grande para revisarlo solo entre dos.

Mi Único y RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora