Capitulo 13

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Satoru Gojo

–Recuerda, solo da lo mejor de ti y se muy fuerte.

El pequeño Megumi continua con su mirada sería y me deja hablando solo mientras va al lado de su hermana..

–Ni mis niñas eran tan serias –me despido una vez más y dejo ir a los niños,  ahora tenía la responsabilidad de cuidarlos.

¿Desde cuándo todo se había tornado así de complicado?

Estoy a punto de regresar a casa pero siento la presencia de unos hechiceros.

–Los mando mi madre, ¿Cierto?–desde ese incidente no la había vuelto a ver y de eso ya pasó más de dos años.

–Si, le da el siguiente mensaje, "Cumple con tu responsabilidad"

Y debo ahora añadir otro niño que cuidar. Los hechiceros con el emblema de la familia se van, no sin antes dejarme el libro para hacer tal hechizo.

–Espero que a Suguru le gusten los bebés.

Y así regreso a casa, al llegar Narue me saluda con un beso en la mejilla y le pregunto por su hermana y Suguru.

–Te tenemos un regalo papá –ella me toma de la mano y me saca del departamento, me conduce por varios pasillos hasta llegar a la puerta de la azotea.

–¿Están aquí?–señalo la puerta y ella asiente.

–Pero primero retirese la venda.

Hago caso a lo que ella me dice y abro la puerta, el brillo del sol me cega por un momento y cuando mi vista logra enfocar lo veo, Suguru y Sachiko en medio de árboles de cerezo y los pétalos cayendo cuál nevada.

Lo había olvidado, la primavera había comenzado, hace mucho que deje de prestarle atención a las estaciones principalmente por qué no tenía tiempo de apreciarlas y los días libres los trataba de pasar con Suguru, y al no salir estás pasaron desapercibidas por mi.

–Suguru...pero, wow, es maravilloso –me acercó a el y me toma de la cintura para acercarme, para mí suerte nuestras niñas empezaron a jugar alrededor por lo que no nos prestaban atención.

–Prometi que veríamos las flores de cerezo algún día.

–Te amo tanto –y lo beso, era perfecto, los pétalos cayendo, el clima y las risas de nuestras hijas de fondo.

Siempre dije que la primavera volvía más tontas a las personas, ahora entendía el por qué.

–Traje unas cosas para un picnic, le pedí a Meimei esa receta del ponche y con las niñas lo hice.

Me toma de la mano y en una manta que estaba en el suelo los cuatro nos sentamos a disfrutar el día.

Las pequeñas comían felizmente la fruta picada y un jugo.

Había muchas cosas dulces que comer, solo que el ponche tenía un poco de alcohol, por lo que solo lo podíamos tomar nosotros, también había emparedados y cosas sencillas pero muy ricas.

En momentos nos quedabamos en silencio admirando los árboles, no entendía el como lo había logrado, nunca vi que nuestros amigos tuvieran algo entre manos.

–¿Cómo es que...?

El niega, claro, era un secreto, su secreto.

Al atardecer Narue y Sachiko tuvieron que retirarse por sus clases con Shoko, ya que ella les estaba enseñando a usar su arte demoníaco.
Quedándonos solos, aprovecho a recostarme en su pecho, el momento era hermoso, pero debíamos hablar.

Mi Único y RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora