Thirty six: El viaje.

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- Aquí está lo que me pediste. -le dijo Jeongin a Minho.

- Perfecto. Muchas gracias, Jeongin, no sé que haría sin ti. -dijo Minho con exageración.

- Ay, cálmate, son siete gramos, no un cargamento.

- ¿Nos acompañarás?

- ¿A dónde?

- Iremos a la pista a dejar el cargamento, así creemos que llegará a Perú al anochecer. -le explicó Hyunjin.

- ¿Creemos? ¿Es tan difícil investigar las horas de diferencia? -preguntó Jeongin.

- No, pero ya será problema de nuestros amigos de Perú.

- Como sea, no sé si pueda. Hay problemas que resolver en CHILL.

- Dile a Jungwon que lo haga. -soltó Minho sin pensar.- Digo, él también debe aprender a solucionar problemas, ¿no?

- Claro, porque como mano derecha de Jongseong, será él quien resolverá todos los problemas. Que inteligente eres, Minho. Le llamaré enseguida, ahora vuelvo.

- ¿Qué pasa? -preguntó Jungwon en cuanto respondió.

- Necesito un favor. -dijo Jeongin.

- Te escucho.

- Tengo un pequeño problema en CHILL.

- ¿Qué tipo de problema?

- Hay alguien que nos debe dinero. Digamos que las cuentas que nos entregó, no me cuadran. Necesito que lo resuelvas.

- Hecho.

- Así que, ¿ahora también eres contador? -preguntó Hyunjin en cuanto Jeongin colgó la llamada.

- He ocupado ese puesto durante dos años y medio.

- Eso lo sé, yo estuve ahí contigo.

- Mmm, debo ir con Minho.

- Jeong...-

- No, Hwang, no hay más "Jeong" para ti. Hago hasta lo imposible para mantener a tu tío vivo y tú solo me ves como el malo. Ahora, si me disculpas, debo ir con Minho.

Jeongin se alejo de Hyunjin, se alejo física y, tal vez, también se había alejado emocionalmente, porque, si Hyunjin no cambiaba y se daba cuenta de lo que había hecho por él, entonces Jeongin iba a cambiar. No le importaba si eso significa volver a dejarlo de lado, Jeongin merecía ser feliz con alguien que pudiera hacerlo feliz todo el tiempo y no solo a medias.

- No iré. No quiero ver a Hyunjin, ni hoy, ni mañana. -le dijo Jeongin a Minho.

- Jeongin...

- No, Minho, no puedo. Sé que fui yo quien lo pidió, pero si él no pone de su parte, no hay nada que yo pueda hacer.

- Claro, lo entiendo. Nos vemos después.

- Antes de que me vaya. -Jeongin se quitó el anillo de compromiso y se lo entrego a Minho.- Dale a esto a Hyunjin de mi parte, por favor.

- ¿Estás seguro?

- Puse un límite de cinco días, pero algo me dice que él no me va a pedir perdón y yo no voy a esperar.

- De acuerdo. Cualquier cosa, aquí seguiré para ayudarte.

Jeongin se fue, ¿para siempre? Tal vez, tal vez no.

El futuro siempre es impredecible. ¿Qué no nos asegura que Hyunjin cambie y vaya a pedirle perdón? ¿Qué nos asegura que lo hará?

- ¿Se fue? -preguntó Hyunjin regresando con Minho.

- Sí, se fue. Te dejo algo. -le respondió Minho, entregandole el anillo.

- ¿Él-él te lo entregó?

- Así es y me pidió que te lo diera. Lo has perdido, Hyun. ¿Harás algo al respecto?

- No hay nada que hacer y tampoco tengo intenciones de hacerlo. Si quiere darse por vencido conmigo, está perfecto, yo no nací para rogarle a alguien.

- Como sea, después no te arrepientas.

- No lo haré. No te preocupes. Ahora, vámonos ya.
















Jeongin se encontraba en Charmer, ese lugar era, probablemente, el lugar donde empezó, o donde todo volvió a empezar.

Ese lugar le traía buenos y, ahora, también malos recuerdos.

- ¿Tú no eres el chico de Hyunjin? -le preguntó una chica en la barra.

- ¿El chico de Hyunjin? Nah, no lo soy. Es todo tuyo si lo quieres. -respondió Jeongin a la duda de la chica.- Espera, ¿tú eres Sana Minatozaki?

- Sí, soy yo. ¿Él te habló de mí?

- Sí, lo hizo, bastante.

- ¡Que emoción! Pero como sea, tengo un asunto que resolver con Hyunjin, adiós.

La chica se alejó y se dirigió hacia donde estaba Hyunjin. Pero ¿en qué momento había llegado?

- Parece que ya podemos terminar lo que empezamos. -le dijo Sana, en forma de coqueteo.

- Mmm, yo no lo creo. Solo estoy vigilando a alguien.

- ¿Al chico de la barra?

- Así es. Ahora, si me disculpas.

- Tú deberías estar cargando un avión. -comentó Jeongin cuando notó que Hyunjin se sentaba a su lado.

- Sí, pero le dije a Minho que debía hacer una parada. -le explicó Hyunjin.

- Mmm... ¿y qué haces aquí? ¿No deberías estar con Minatozaki? Parece que tienen algo pendiente.

- Jeongin, no tengo nada pendiente con ella y lo sabes.

- No lo sé, en realidad no lo sé, ya no sé nada sobre ti, Hwang. Deberías irte, el piloto debe estar esperando.

- De acuerdo, Yang, si eso es lo que quieres, nos vemos.

- No es lo que yo quiero, Hwang, pero es lo que tú me pediste y tus deseos son ordenes.

- Bien, tienes toda la razón. A partir de hoy será mejor que no sepas nada de mí, nunca más.

Hyunjin salió del bar, dejando a Jeongin destrozado. Más de lo que ya estaba. Pareciera que, después de todo, si permitió que sus sentimientos se involucraran con su trabajo.







- No resolví nada. Ni siquiera lo intenté. -dijo Hyunjin subiéndose al auto.

- Ni siquiera lo intentaste, ese fue tu error. Piensa en algo, Hyun, no lo dejes irse así de rápido. -le aconsejó Minho.

- Ya pensaré en algo, lo prometo.

- Bien.

Minho y Hyunjin se dirigieron hacia la pista, la cual estaba bastante lejos de la civilización, solo por precaución. Y como lo pidieron, el primo de Felix ya estaba allí, listo para empezar el viaje.

- Buenos días, señor Lee. -saludó el chico.

- Mmm, formal. Buenos días, chico del cual no recuerdo su nombre. -devolvió el saludo Minho.

- Yo, eh-

- No te molestes, ni siquiera lo voy a recordar. Supongo que Felix te advirtió que será un viaje largo.

- Así es, señor, pero no tengo ningún problema.

- Perfecto. Entrega el paquete sin ser arrestado y discutiremos el tema de tu paga.

Traicioname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora