-cap. quince

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— Me habías dicho que me ibas a escribir — fue lo primero que salió de la boca de Gavi, haciendo que Bianca lo mirara con las cejas levantadas.

— Bueno, a ver — la rubia suspiro —. No se si te paso alguna vez que la persona con la que tenías algo te mintió y resultaba que absolutamente nada de lo que te había dicho era verdad — se encogió de hombros.

Gavi sintió como si una estaca le atravesara el pecho, la cabeza y cualquier otra parte del cuerpo cuando escuchó "tenias". Ya se había imaginado una vida al lado de Bianca y no quería imaginarse una sin ella, no podía.

— Se que estuve mal en no haberte contado — Gavi trato de acercarse un poco más a ella, pero cuando vio la expresión de la rubia decidió quedarse quieto en su lugar —. Y todo tiene una explicación.

— ¿Y cual es la explicación?

— Desde que debute en el primer equipo, cualquier chica que se me acercaba era solamente para conseguir seguidores, fama... y eso hizo que me cerrara en el sentido de conocer a alguien — Gavi comenzó a explicarle abriendo por completo su corazón —. Pero cuando te vi por segunda vez en aquella discoteca y me habías reconocido como el chico con el que habías chocado en el supermercado, me sentí aliviado por primera vez en mi vida. Me querías conocer por Pablo y no por el Gavi que todos conocen.

Bianca lo miraba con un poco de pena. Por un lado, entendía porque le había mentido pero por el otro, le dolía el hecho de pensar que Gavi pensó que ella también lo usaría para tener sus cinco minutos de fama.

— Puedo entender de que no me lo hayas dicho porque pensabas que yo también podría llegar a usarte para conseguir seguidores o lo que sea... ¿pero por qué no me lo dijiste después?

— Es que se sentía lindo ser yo mismo contigo. Siempre tenía que fingir ser alguien más con otras personas, pero contigo no.

— Y lo de esas chicas, ¿es verdad? — preguntó la rubia con un poco de miedo.

Había leído absolutamente todo lo que habían dicho algunas chicas que, supuestamente, habían estado con Gavi y si tenía que ser cien por ciento sincera, le había causado un pequeño rechazo.

— No, no — Gavi se apresuró a responder —. Todo es mentira, jamás he estado con ninguna de esas chicas — le dijo con la esperanza de que le creyera —. Aparte de que jamás las he visto en mi vida.

Bianca no dijo mas nada, solamente asintió con la cabeza tratando de procesar todo.

— Bianca, te lo prometo por mi vida — el sevillano trato de acercarse una vez más —. No te lo quise decir porque es todo muy delicado, mi reputación está por los suelos. Aparte, si la prensa se llegaba a enterar había posibilidades de que te agobiaran. Y no quiero que la gente hable mal de ti por mi culpa, no te mereces eso.

— Entiendo porque no me lo hayas contado desde un principio... y a mi, sinceramente, me importan tres hectáreas de verga lo que la gente diga de vos o de mi — Bianca le contesto haciendo que el castaño sonriera un poco —. Pero — esa sonrisa desapareció —, vamos de a poco, ¿si?.

— ¿Eso significa que me perdonas y que me das otra oportunidad? — Gavi le preguntó ilusionado.

— Si — Bianca le respondió —. Pero es la única que te doy. La cagas devuelta y no me ves más en tu vida.

— Te prometo que no volverá a pasar — el sevillano se sentó al lado de la rubia —. ¿Te puedo abrazar? — preguntó un poco tímido.

Ahí estaba el Pablo que ella había conocido en un principio. Aquel Pablo que se ponía tímido y nervioso por cualquier cosa. Bianca le sonrió y asintió.

Gavi no dudó ni dos segundos en lanzarse a los brazos de la argentina, volviendo a sentir ese calor que solamente ella podía brindarle. Le dio un beso en la frente y se separó un poco para verla a los ojos, esos ojos azules que tanto le gustaban y lo hacían sentir en paz.

— Prometo que no te voy a ocultar nada de ahora en adelante. Es más — dijo sacando su celular, obviando las llamadas perdidas y los mensajes de sus amigos, y abrió la aplicación de Instagram, yendo a su perfil y haciendo click en donde ponía a la gente que él seguía —, elimina a todas las que quieras.

Bianca soltó una risa ante eso y luego negó con la cabeza.

— No voy a hacer eso — le dijo mientras ponía sus manos en los cachetes de él —. Con que no nos escondamos nada el uno al otro vamos a estar bien — Gavi asintió dejando que la rubia acariciara sus mejillas —. Ahora como le digo a Maia que te perdone — se dijo más para si misma.

— Me odia, ¿no?

— Un poco — Bianca arrugó su nariz —. Pero ella odia a la mayoría de los hombres, así que no te lo tomes tan personal.

— Vale, me quedo más tranquilo — le respondió irónicamente —. Igualmente, mis amigos también me odian un poco por haberme comportado como un gilipollas contigo.

— ¿Le hablaste a tus amigos sobre mi? — le pregunto —. ¿Los varones hacen eso? — hizo otra pregunta confundida.

— Bueno, nosotros al menos si — el sevillano se encogió de hombros —. Ahora que sabes que juego al fútbol, ¿irás a unos de mis partidos?

— No se, ¿vos decís? — Bianca trató de hacerse la difícil pero con la carita que le había puesto Gavi le era imposible decirle que no —. Bueno, voy — no la juzguen, solo es una chica.

Gavi sonrió y no dudó ni un segundo en posar sus labios encima de los de ella. Bianca lo volvía loco, en todos los sentidos. Y tenerla de nuevo cerca de él era algo que estimulaba su cuerpo a niveles que solamente ella podía alcanzar.

medio medio quedó pero como soy buena acá tienen actualización

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𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora