-cap. veinte

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— No quiero ir — Gavi murmuro con una de sus mejillas apoyadas en la cabeza de Bianca mientras la abrazaba por los hombros y ella rodeaba la cintura de él con sus brazos.

Las vacaciones en Ibiza habían terminado y los dos volvieron a Barcelona. Bianca decidió anotarse para cursar una materia en verano y poder ir más adelantada y Gavi ya se tenía que marchar hacia Estados Unidos con el club.

— La vas a pasar bien, por más de que no puedas jugar — la rubia se separó un poco del abrazo para poder mirarlo a los ojos —. Anda y disfruta del viaje.

— Prefiero quedarme aquí — agarro los cachetes de la rubia entre sus manos —. Además, voy a estar ahí sin hacer nada casi — se encogió de hombros.

Gavi en los últimos días ha estado con gastroenteritis y con una leve molestia en su espalda, por lo que era más probable de que no jugara ni uno de los partidos.

— Aprovecha y recorre los lugares si te dejan — la rubia le tiro una idea haciendo que el chico la mirara confundido.

— Pero a ti no te gusta Estados Unidos.

— Que a mi no me guste no significa que a vos tampoco te guste — Bianca lo miro con las cejas alzadas —. Aparte, es probable de que Fermin juegue y va a querer que estés ahí.

— ¿Segura que no quieres venir? — le volvió a preguntar.

— Segurísima — Bianca le sonrió —. Aparte también va tu familia y yo ya comencé a cursar.

— ¿Y que tiene que vaya mi familia? — le pregunto Gavi con ceño fruncido —. Javi viene también.

— Nos veremos a la vuelta, amor — Bianca sonrió.

— ¿Como me has llamado? — Gavi se separó un poco para mirarla a los ojos. Era la primera vez que Bianca le ponía un apodo de esos.

— Amor — la rubia sonrió tímida —. ¿No te gusta? Porque si queres no-

— Me encanta — el castaño la interrumpió con una sonrisa hasta que se acordó de algo —. ¿Esa chica te ha vuelto a hablar?

— Nop — esa respuesta hizo que Gavi sonriera aún más y Bianca lo mirara con los ojos entrecerrados —. ¿Que hiciste?

— Lo que te he dicho que iba a hacer — la miro a los ojos —. No voy a dejar que nadie te moleste — se encogió de hombros.

— ¿No le dirá a nadie de lo nuestro, no? — le preguntó un poco preocupada.

Entre los dos habían decidido mantener la relación secreta por un tiempo. Bianca le había dejado en claro que a ella no le iba a molestar lo que la gente dijiera o pensara de ella pero Gavi no quería que nadie la moleste y no iba a dejar que se metan en la vida de su novia así como así.

— Ya sabe lo que pasará si abre la boca.

— Pablo...

— Le llegará una denuncia por meterse en donde no le incumbe y por molestarte por redes. Como dirías tu, que se la banque — dijo tratando de imitar el acento argentino haciendo que su novia soltara una risa.

— ¿Pero eso no te va a causar problemas a vos? — la argentina le preguntó —. No quiero que hagas nada que te pueda perjudicar en la carrera por mi culpa.

— Tu eres mi prioridad — Gavi volvió a agarrar las mejillas de la rubia y junto sus frentes —. Y no voy a dejar que nadie hable mal de ti ni que te molesten, ¿vale? — la rubia asintió —. Te quiero — dejo un beso en la frente de Bianca.

— Yo también te quiero — dejo un beso en los labios del sevillano.

















— Me aburro — suspiro Gavi por milésima vez en lo que iba la tarde.

Todo el equipo ya se encontraba instalado en el país norteamericano y, como era de esperarse, el sevillano no podía jugar por lo que no tenía mucho para hacer.

— Ya te oímos — le dijo Ansu cansado ya de escuchar a su amigo quejarse.

Los mismos de siempre, esta vez sumándose Fermin, estaban en el lobby del hotel de Santa Clara. Esa noche se suponía que debían jugar un amistoso contra Juventus y así poder darle inicio a la gira de la pre temporada, pero como algunos del equipo catalán estaban con gastroenteritis debieron cancelarlo. Por lo que ahí estaban, pasando su noche con la play.

A los pocos minutos un celular comenzó a sonar indicando una llamada. Gavi se fijó su celular y se levantó de su lugar cuando se dio cuenta que era Bianca queriendo hacer videollamada. Comenzó a caminar hacia su habitación, ignorando las burlas de sus amigos, y contestó la llamada.

— Hola, amor — Bianca lo saludo con una sonrisa que se apagó un poco cuando vio la expresión de su novio —. ¿Que pasa? ¿Estás bien?

— Si, si — Gavi hizo un gesto restándole importancia —. Es solo que me aburro aquí y no puedo ni entrenar casi — hizo un pequeño puchero como si fuera un nene de cinco años.

— Pero trata de sacarle el lado positivo — la rubia intento animarlo —. Vas a ver a tus padres y hermana dentro de unos días — le dijo.

— Pero yo quiero verte a ti.

— Me estás viendo ahora — le respondió entre irónicamente y divertida haciendo que el sevillano pusiera los ojos en blanco con una sonrisa.

— Ya sabes a que me refiero.

— Escuché que tuvieron que cancelar el partido.

— Si — Gavi soltó un suspiro —. Hay bastantes jugadores del equipo con gastroenteritis — hizo una mueca.

— ¿No será tu culpa, no? — la rubia soltó una risa haciendo que Gavi la mirara mal —. Sabes que te jodo noma'.

— Ya se — el castaño sonrió y se quedó contemplando a la rubia a través de la pantalla.

Bianca estaba con unos parches debajo de sus ojos, que ya le había explicado a Gavi para que servían pero él estaba bastante ocupado mirándola a ella y no entendió muy bien. También tenía su pelo rubio un poco desordenado y su cara mostraba cansancio.

— No sabes lo que le pasó hoy — Bianca hablo después de unos segundos con su cara iluminándose un poco.

Así comenzaron hablar sobre lo que habían hecho durante el día hasta que se despidieron ya que Bianca se estaba quedando dormida, y como para no si en España ya eran las tantas de la madrugada. Pero esa pequeña videollamada fue suficiente para que el humor Gavi mejorara muchísimo.

creo que ya soy experta en gastroenteritis

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creo que ya soy experta en gastroenteritis.

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora