𝗣𝗵𝗮𝗻𝘁𝗼𝗺𝗿𝗶𝗱𝗲𝗿; Bill Kaulitz

Twelve

El lugar en donde vivíamos antes de la fama, era bastante peculiar... Bueno, en realidad no encuentro una palabra para describirlo correctamente, era simplemente horrible. Parecía que los niños y jóvenes no tenían ningún tipo de supervisión por parte de un adulto, se escabullían detrás de la escuela para fumar hierba, iban al bosque a tener sexo con chicas mayores, niños fumando desde una edad temprana, incluso el dealer del lugar había reclutado a varios niños para que vendieran la droga.

Nuestro padrastro y nuestra madre nunca nos cuidaron lo suficiente a Tom y a mí de todo esto.

2002

— ¡Oigan! Ya basta con eso, me da asco. — regaño la niña castaña haciendo una mueca debido al olor a tabaco.

Bill echo su cigarrillo al suelo y lo piso para apagarlo, mientras que Tom la miró con una sonrisa burlona, le dió una calada y el humo lo echó cerca del rostro de Ella para después hacer lo mismo que su hermano.

— Tonto. — Ella movía su mano para quitar el humo.

Los tres se encontraban en una parada de autobús para ir de regreso a casa después de un día de escuela. Cuando el autobús llegó, subieron y se sentaron hasta la parte de atrás, el camino a casa se basó en bromas entre los tres, después de todo, eran dos niños de trece y una niña de doce.

— Apestan a tabaco y a hierba. — volvió a quejarse la castaña. — Mi abuelo me dijo que hoy estaría en su casa, así que podemos quedarnos un rato en mi casa para que se pase el olor y vuelvan un poco a sus cinco sentidos.

Entraron a la casa de Ella — la cual estaba justo a un lado de la casa de los gemelos — donde alguna vez olía a la deliciosa comida de la señora Schulz, ahora se percibía un ligero olor a polvo, Ella y su abuelo solo entraban de vez en cuando a aquella casa.

— Sí siguen con todo esto serán parte del club de los 27. — siguió regañando Ella, ella estaba en contra de que sus dos amigos hicieran todo aquello.

— Si nos pasa eso, entonces moriremos como verdaderas estrellas. — habló Tom.

— Si Ella, vive rápido y muere joven. — apoyó Bill.

Ella rodó los ojos. — Idiotas. — musito. — Cada día de parecen más al idiota de Torben. — Torben era un "amigo" unos cuantos años mayor que los gemelos.

— ¿Qué dices? Él es genial. — debatió Tom.

— Ah, ¿enserio? — continuó Ella comenzando a molestarse. — Entonces, ¿dónde estaba él cada que los molestaban? ¿O la vez donde estabas tan drogado que ni siquiera podías caminar, eh? Pero sí, por supuesto, él es tan genial, tanto que lo único que quiere es divertirse y ganar dinero cada vez que se drogan. — ninguno dijo nada, ambos hermanos sabían que era cierto. — Deben de aprender cuando la gente se ríe CON ustedes o DE ustedes.

Nuevamente hubo silencio de parte de los gemelos. Ella los regañaba, los orientaba y los cuidaba más que su propia madre, ella si tenía muy bien sus cimientos.

Tiempo después, Bill y Tom nunca supieron en dónde se perdió aquella niña...