Five Nights At Freddy's: La Historia Completa.

Capítulo 25: Cinco noches en Freddy's.

"Todos tenemos un propósito en la vida, y cuando encuentres el tuyo lo reconocerás".

- Catherine Pulsifer.

Me encontraba en mi nuevo empleo como contador para personas, una rutina tranquila y monótona que me permitía pasar desapercibido entre la multitud. Sin embargo, un día, algo llamó mi atención en el periódico que sostenía entre mis manos: el restaurante Freddy Fazbear's Pizza había vuelto a abrir sus puertas y estaban solicitando un guardia nocturno. Mi corazón dio un vuelco al leer esa noticia, y supe que era mi oportunidad de hacer algo más, de ayudar a las almas atrapadas o de encontrar alguna pista sobre el paradero de mi padre o de mi hermana.

Gracias a los misteriosos discos ilusorios que encontré en el taller de mi padre, ahora contaba con una nueva apariencia y una identidad falsa: me llamaba a mí mismo Mike Schmidt. Esta nueva fachada me permitiría tomar el cargo de guardia sin levantar sospechas.

Recibí un libro de empleado titulado "Freddy Fazbear's Pizza: Diario de Seguridad". Parecía una simple herramienta de registro, pero para mí era más que eso. Era un vínculo con el pasado, un recordatorio constante de lo que había ocurrido en este lugar. Sin embargo, me negaba a aceptar el término "Seguridad" que la compañía usaba tan ligera y cínicamente. En un momento de ira y frustración, taché esa palabra y escribí, con marcador rojo y firme, "Supervivencia". Sabía que esto no era un juego y que para mí, definitivamente, no lo sería.

Noche 1.

7 de noviembre de 1993. Así llegué a la pizzería, enfundado en mi uniforme, listo para empezar a trabajar como guardia nocturno. La oficina era distinta a la que recordaba del local de 1987. Ahora era mucho más pequeña, sin conductos que pudieran ocultar a los animatrónicos y equipada con puertas. Era un entorno claustrofóbico, pero no me importaba, ya que estaba decidido a enfrentar lo que fuera necesario para descubrir la verdad.

Una vez en mi puesto, observé la tableta que mostraba las cámaras de vigilancia y comencé a visualizar las diferentes áreas del restaurante. Apenas había empezado mi turno cuando el teléfono de la oficina comenzó a sonar, interrumpiendo mi exploración visual.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras la persona en la grabación me explicaba que había trabajado en esta misma oficina antes que yo. Parecía saber mucho sobre los oscuros secretos de este lugar, lo que solo aumentaba mi intriga y mi temor.

En esa llamada, el tipo del teléfono me explicó un montón de cosas, como que él trabajaba en esa oficina antes que yo, que los personajes solían moverse en la noche, que los animatrónicos podrían meterme en un traje animatrónico, entre otras cosas.

Asimilé toda la información, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. La realidad de mi nueva situación comenzaba a hundirse en mí, y sabía que tendría que enfrentar desafíos inimaginables para sobrevivir aquí.

La noche avanzó, y los animatrónicos, Bonnie y Chica, empezaron a mostrar signos de vida. Sus ojos brillaban en la oscuridad, llenos de una extraña malevolencia que me helaba la sangre. Traté de mantener la calma mientras vigilaba las cámaras, sabiendo que cada segundo que pasaba acercaba el momento en que tendría que cerrar las puertas para mantenerlos alejados.

La energía del lugar descendía rápidamente con cada acción que realizaban los animatrónicos. Cerrar las puertas me ayudaba a mantenerlos a raya, pero también sabía que no podía hacerlo constantemente. Era un delicado equilibrio entre conservar energía y evitar que me atraparan.

La tensión aumentaba a medida que avanzaba la noche, y sentía cómo el miedo se apoderaba de mí. Sabía que debía mantener la calma y ser astuto para sobrevivir. Al final, con un suspiro de alivio, llegó el amanecer y mi primera noche como guardia de seguridad había terminado. Estaba algo decepcionado, pues ni mi padre ni mi hermana estaban en ese lugar, pero aún tenía una cosa que hacer: Encontrar el momento perfecto para liberar a las almas.