Capítulo 22: La Mordida del '87

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"Trate a todos con cortesía y amabilidad, no porque sean amables, sino porque usted lo es".

- Roy T. Bennett.

Me desperté unas horas antes del turno de día que me esperaba en la pizzería. Lo único que me motivaba a ir un día más a ese lugar era recibir mi cheque y renunciar. Me levanté y realicé mi rutina diaria, tratando de mantener la calma a pesar de las experiencias aterradoras que había vivido en el lugar.

Después de vestirme y desayunar, me dispuse a salir hacia mi auto para dirigirme a la casa de mi madre para visitarla a ella y a mi hermana pequeña, Grace. Sin embargo, al llegar a mi auto, me llevé una desagradable sorpresa: una multa por exceso de velocidad. Recordé la noche anterior cuando llegué apresurado y angustiado, tratando de llegar al lugar lo más rápido posible.

—¡Vaya, esto es lo último que necesitaba! —exclamé frustrado mientras miraba la multa.

Llegué a la casa de mi madre, un lugar acogedor que me trajo recuerdos de mi infancia. Toqué la puerta y esperé ansiosamente a que me abrieran. Cuando finalmente mi madre abrió la puerta, nos abrazamos cálidamente y ella me recibió con una sonrisa amorosa.

—¡Hola, mamá! ¿Cómo estás? —dije con ternura.

—Jeremy, cariño, me alegra verte. Ven, pasa, Grace está en la sala esperándote —respondió mi madre con cariño.

Entré a la sala y allí estaba Grace, mi pequeña hermana. Era tan dulce y tierna, y me alegró mucho verla. Nos saludamos con un abrazo y comenzamos a hablar sobre cosas cotidianas, alejándonos por un momento de los acontecimientos del restaurante.

Después de un rato, mi madre me preguntó cómo me había ido en el trabajo y si todo estaba bien. De todas maneras, ella no pudo evitar tocar el tema de lo que vio ayer. Mis ojos se abrieron con sorpresa cuando mi madre mencionó el extraño avistamiento del oso dorado sin ojos en la pizzería. Me estremecí al recordar la descripción que ella había hecho del animatrónico.

—¡Mamá! Justo anoche, cuando me llamaste, yo también vi algo parecido en la pizzería. Un oso dorado sin ojos que me inquietó mucho. Creí que era una alucinación, pero ahora no estoy tan seguro —le dije con preocupación.

—Es realmente espeluznante, ¿verdad? No puedo evitar pensar que hay algo muy malo en ese lugar, algo que no debería estar ahí —respondió mi madre, visiblemente perturbada por el recuerdo.

La conversación con mi madre se tornó más profunda y seria. Le conté sobre mis investigaciones y teorías sobre William Afton, los animatrónicos y los sucesos en el restaurante. Ella escuchó con atención y me instó nuevamente a alejarme de todo aquello.

—Mamá, he estado trabajando en ese lugar y algo no está bien allí. Hay algo oscuro y siniestro que lo rodea, y estoy seguro de que William Afton está involucrado de alguna manera. He estado investigando y descubriendo cosas inquietantes. Quiero saber la verdad y asegurarme de que nadie más resulte lastimado —le confesé con sinceridad.

Mi madre me escuchó atentamente y asintió comprensivamente.

—Jeremy, siempre he tenido un mal presentimiento sobre ese restaurante. Siempre me pareció que estaba maldito de alguna manera. No quiero que te involucres en algo peligroso, cariño. Es mejor que te alejes de todo eso y busques otro trabajo más seguro —me aconsejó con preocupación.

Reflexioné sobre sus palabras y me di cuenta de que tenía razón. Había arriesgado mi vida y mi tranquilidad por la curiosidad y el deseo de descubrir la verdad, pero tal vez era hora de dar un paso atrás y pensar en mi seguridad.

Five Nights At Freddy's: La Historia Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora