CAPITULO 1 *UNA RARA CASUALIDAD *

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Comencemos con nuestra historia desde el principio, todo empieza con un joven panda de apenas unos 25 años de edad, un físico un poco chaparrito y algunos kilos de más, pero muy carismático, de ojos un tanto peculiares, pues presentaban un tipo de heterocromía en ellos contando con el naranja de manera predominante y pequeños destellos amarillos en el centro del iris, los cuales según sus abuelos había heredado de generaciones pasadas. Mike es su nombre y a lo largo de su vida ha tenido que lidiar con algunos problemas tanto en casa como durante su educación y vida social; debido a que dentro de las escuelas en las que estuvo en su formación él era el único oso y no solo eso... sino que alrededor de los 5 años había tenido que presencial algo terrible que ocasionaría que su vida tomara un vuelco de 360°, ya que en aquel tiempo perdería a sus padres durante una noche de tormenta en el mes de diciembre en un accidente el cual acabaría con sus vidas y con la posibilidad de acompañar al pequeño Mike no solo aquella navidad sino también el resto de su vida.

A pesar de todas las adversidades logro salir adelante, pues al no estar sus padres termino quedando bajo el cuidado de sus abuelos, quienes a pesar de que siempre los miro como osos humildes y amables, sospechaba que solían ocultarle muchos secretos sobre el pasado tanto de ellos como de sus padres.

Un día como cualquiera Mike se encontraba en su habitación preparándose para ir al trabajo en el restaurante "El dulce sabor" un pequeño lugar que se encontraba en la comunidad en la cual vivía con sus abuelos, el joven oso ocupaba el puesto de subjefe de cocina gracias a que desde pequeño le había interesado la cocina y aprendido varias técnicas que le beneficiaron para obtener dicha posición en el trabajo; otro punto a favor era que la casa donde él habitaba quedaba a un corto viaje a pie y en varias ocasiones logro divisar el lugar cuando paseaba por la ciudad y eso ocasiono que se postulara para el restaurante. Gracias a sus abuelos nunca le llego a faltar nada durante su educación y al crecer decidió quedarse a vivir a su lado cuidándolos y agradeciéndoles todo lo que hicieron por él al criarlo prácticamente toda su vida. Después de haber desayunado y de despedirse, emprendió su camino por el pequeño sendero que atraviesa el bosque, ya que como era su costumbre, le gustaba caminar tranquilamente, disfrutando de la naturaleza y contando con la compañía de buena música; aunque aquel día lamentablemente dejo sus audífonos en casa, por lo cual tuvo que conformarse con los sonidos naturales que lo rodeaban en todo momento, como el de los árboles bailando al ritmo del viendo, los pequeños riachuelos que se encontraban por todos lados, no le molestaban en absoluto, pero de la nada comenzó a percibir ruidos extraños que lo desconcertaron, prefería ignorarlos, pero al intentarlo solo conseguía prestarles más atención, así que mejor decidió buscar el origen de esas perturbaciones sonoras topándose con que a unos metros del sendero estaba una pequeña pandilla de lobos de por lo menos tres, que se encontraban molestando a lo que parecía ser un joven oso pardo; durante algunos minutos Mike lo pensó bien, ni siquiera lo conocía y podía meterse en problemas por entrometerse en los asuntos de aquellos temibles lobos por alguien ajeno a él, al principio pensó en seguir su camino, pero... al continuar escuchando aquellos ruidos que ahora sabia provenían de aquel grupo golpeado al oso, no se lo pensó dos veces y sin importarle las consecuencias ya se encontraba corriendo para llegar donde su compañero de especie; por su mente no pasaba ningún pensamiento racional sobre lo que estaba sucediendo, pero a los pocos segundos ya estaba golpeado a dos de los agresores mientras que el tercero se mantenía a raya dándoles órdenes como si fueran sus sirvientes, esto le dio a entender al oso pardo que debía de ser el líder y al poco tiempo termino uniéndose a la pelea propinándole unos buenos golpes al tercer de los lobos, lo cual ocasiono que todo diera por terminando y con la pandilla escapando de la situación. 

Los dos osos decidieron ir juntos al restaurante y mientras Mike trabajaba, el joven pardo tomaba un poco de té y comía una rebana de pastel que le había ofrecido para que recuperara algunas fuerzas y se tranquilizara después de lo que había sucedido; estuvo todo el día ahí esperando la hora de cerrar y una vez caída la noche ambos se quedaron solos en el local platicando sobre lo que había pasado ese mismo día. En el momento en que terminaron la conversación prefirieron quedar para charlar mejor otro día y de esa manera cada uno emprendió su camino a casa, pero sin darse cuenta resultaba que el oso pardo vivía a unas cuantas calles de la casa de Mike lo cual para ambos resulto gracioso, después de eso se dieron la mano y con un alegre movimiento de patas se dijeron... hasta pronto. Después de eso, el joven panda llego a su casa, saludo a sus abuelos y sin siquiera cenar se fue a su cuarto a recostarse y pensar en muchas cosas principalmente en aquel oso que le había contado algunas cosas interesantes sobre su vida, resultaba que tenía la misma edad que él y su nombre era Alec un curioso nombre, fuera de eso era un joven un poco robusto quizás del mismo peso que él y dada la casualidad que de la misma estatura, vivía con su abuela, pues su abuelo había fallecido, no quiso preguntar sobre sus padres por cortesía, pero le interesaba tanto el saber; este tal Alec le parecía muy interesante a pesar de la poca información que había conseguido, pero no podía hacer nada más que esperar hasta el próximo encuentro quizás podría averiguar más sobre este nuevo amigo que había hecho sin siquiera imaginar quien era realmente.

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