Hunter (Omegaverse/adaptación Namjin)

18: La debilidad del lobo

—¡Kidoh!— exclamé emocionado cuando abrió los ojos. 

En cuestión de segundos parecía recuperarse, como si fuese magia. No entendía que sucedía, pero en ese momento no me interesaba preguntar. Kidoh estaba bien. Intenté acercarme, pero Yoongi lo impidió atrapando mi muñeca y gruñendo hacia Kidoh.

—No se te ocurra acercarte, hyung.

—¿Por qué no? ¡Él no va hacerme nada! Ademas, Kidoh es un omnívoro. 

Yoongi mantuvo su agarre, incluso sentí sus dedos tensarse contra mi piel en el momento en el que intenté retomar mi avance. Con la mano libre, señaló hacia mi amigo.

—Ya no.

Kidoh logró incorporarse. Se veía desorientado y tanto Namjoon como Hoseok y Tae se mantenían alerta.

—Jimin— llamó Tae—. Consigue un bozal.

El chico obedeció saliendo de la habitación. El ambiente se hallaba tenso, como si rodeáramos a una serpiente y esperásemos por su ataque.

Kidoh se frotó las sienes y abrió los ojos. Algo en él se veía diferente, como si sus ojos adquirieran un brillo especial. Fijó la mirada en mí, aspirando el aire profundamente.

—Jinnie — llamó llevando una de sus manos hacia el apósito manchado que tenía en el hombro, retirándolo. La herida hecha por JJ había desaparecido por completo—. ¿Por qué no te acercas? Vamos, acércate. Quiero abrazarte.

Me costaba creer cualquier cosa que pensaran los demás, él era mi amigo y eso no podía cambiar. Logré separarme de Yoongi y apenas di dos pasos lo vi sobre mí, tumbándome contra el frío piso blanco.

Pasó uno mano sobre mi garganta y la otra sujetando las mías. Era el agarre básico de los carnívoros. Sus dientes habían cambiado por completo y ahora los colmillos se ponían de manifiesto, después de clavarse en mi yugular.

—Tienes un olor demasiado agradable. Me gusta mucho, Jinnie.

—Suficiente lección para mi desobediente esposo— Namjoon apareció a mi lado, sonriente como siempre mientras posaba dos dedos contra el cuello de Kidoh de forma amenazante. La otra mano sujetaba su cabeza con fuerza, dándole a entender que poseía la fuerza suficiente para destrozarle el cráneo y no dudaría en matarlo—. Creo que has olvidado por qué te di esa segunda oportunidad. Le debes la vida a Jin, no lo olvides Si intentas hacerle algo, ten por seguro que te despellejaré y arrastraré tu cuerpo sin piel por todo el bosque mientras estas vivo y te reviviré una y otra vez para repetir el proceso. ¿Entendido?

Poco a poco, Kidoh volvía en sí y cuando cayó en cuenta de lo que sucedía. llevó las manos al rostro para llorar mientras se disculpaba conmigo. Había actuado su nuevo lado carnívoro y él no tenía idea alguna de cómo controlarlo.

Jimin retornó con el bozal en las manos. Kidoh gruñó al ver el objeto. Era claro que a ningún carnívoro le gustaba tener los dientes cubiertos. Quizás porque se sabían indefensos sin ellos. 

—Reglas son reglas— dijo Yoongi recordando cuando él le había obligado a usarlos.

Kidoh aceptó y a modo de disculpa dejó que yo le pusiera el bozal. Una vez seguro, me abrazó y dejó que las lágrimas se vertieran sobre mi hombro; parte por el miedo a la muerte que había enfrentado, parte por el temor a la nueva vida que tenía frente a él.

Ese día entendí algo sobre los carnívoros. Eran personas como todos nosotros, con la diferencia de que poseían un impulso que lograba controlarlos y llevarlos a hacer cosas que jamás esperarían en ellos.  

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Sabíamos del riesgo que corría Kidoh si alguien llegaba a enterarse de su nueva condición. Seguramente sería encerrado en la Zona Roja para que estudiaran su caso y lo dejarían en manos de los carnívoros que él había enviado en el pasado.