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— Hooooooongieeeeee, préstame la tareaaaaaaaa.

— ...

— Te estoy hablando, Hoooooooooongieeeeee.

— ...

— ¿Por qué me ignoras, Hooooongieeeee?

— ¿Me estás hablando a mí? — Hongjoong levantó la vista, chocando con la sonriente mirada de Yeosang. — ¿Por qué me llamas Hongie? Mi nombre es Kim Hongjoong.

Yeosang sacudió la cabeza, sin dejar de sonreír.

— Suena más bonito Hongie, ¿no lo crees? Ahora te diré así.

— Mi nombre es Kim Hongjoong, ¿por qué me llamarás de otra forma?

— Porque Hongie es un diminutivo, ¿no te parece tierno?

— No lo entiendo.

— Es como que me llames a mí Sanggie o a
Wooyoung, Woo.

Hongjoong arrugó el ceño, confundido y sin poder comprender un poco el porqué de esa situación.
Trató de recordar las palabras de su mamá varios días atrás, cuando se enteró de que tenía gente a la que podía considerar como amigos.

— Pero te llamas Yeosang, y Wooyoung se llama
Wooyoung. — insistió Hongjoong con voz vacilante.

Yeosang tuvo que contener las ganas de pellizcarle la mejilla, sabiendo que eso a Hongjoong no le agradaba mucho. A Hongjoong no le gustaba mucho que lo tocaran, decía que se sentía extraño e incómodo.

— Los diminutivos son para la gente que quieres, Hongjoong. — volvió a insistir Yeosang, con tono más suave. — A la gente a la que consideras tus amigos. ¿No somos amigos?

Hongjoong lo miró, parpadeando y pensando que llevaba asistiendo a ese colegio desde hace ya unas tres semanas. Yeosang y Wooyoung lo invitaban a todas partes con él, le hablaban de cualquier cosa y lo dejaban divagar en su mundo sin mirarle feo o callarlo.

Cuando le contó eso a su mamá, ella casi se puso a llorar de la emoción.

¿Estás haciendo amigos, Joongie? — le preguntó ella, llena de felicidad.

¿Son amigos? — preguntó él, extrañado. — No lo sé. Me agradan. Yeosang habla muchas tonterías y la sonrisa de Wooyoung es bonita. Hasta podría dejar que me pellizquen la mejilla, como haces tú, mami.

¡Son tus amigos, Joongie! — dijo ella, abrazándolo. — ¡Estoy muy orgullosa de ti, cariño!

Hongjoong no entendía muy bien qué quería decir con lo último, pero le gustaba que su mamá le sonriera así, entonces suponía que conversar con Yeosang y Wooyoung estaba bien. Incluso había empezado a leer algo sobre el lenguaje de señas, sin embargo, se aburrió rápido y decidió que ver vídeos era mucho mejor.

¿Tienes la tarea, Hongjoong? — preguntó Wooyoung al lado de Yeosang, mirándole con esa sonrisa torpe y bonita que tenía.

— Sí, la tengo. — dijo en voz alta, antes de ver otra vez la mirada inocente de Wooyoung, y repitió ahora con sus manos. — Sí, la tengo.

Yeosang le miró, expectante, y Wooyoung le imitó. Los minutos pasaron.

— Oh. — Yeosang se rió, divertido. — ¿Nos pasas la tarea?

Hongjoong asintió.

— ¡Eres el mejor, Hongie! — dijo Yeosang, antes de pellizcarle la mejilla sorpresivamente, pero contrario a varias veces, no se echó hacia atrás.

muñequito de porcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora