Él era mi desastre favorito

Besar tu mirada

Ante tus labios sugerentes,
mi cuerpo hace un ademán queriéndote encontrar.

Mientras mis muslos cosquillean con tu risa,
como si tus manos hubiesen sido hechas para controlar ese universo.

Como si tus manos hubiesen sido creadas para tallar mi cuerpo, para calar en mis huesos como un fuego errante que me consume a su paso.

Yo juego contenta a ser tu compañera de batalla,
en este campo llamado cama;
solo tú sabes desnudarme con la voz,
(Bendita sea tu voz)
Y me aceleras a tal ritmo que parece que empieza a nacer una canción.

Debería ser ilegal besar esos labios hasta acabar.

Yo recorro deseosa tu todo tu marte, y su inmensidad,
soy esclava de esta expedición;
mi lengua se pierde y se enciende a toda su capacidad.

Podría componer una sinfonía con la séptima de tus gemidos.
Podría...

...aunque solo quisiera creer por este pequeño momento,
que eres todo mío,
y que aún con tus manos impregnadas en mí,
yo sigo siendo mía.

Pero ambos sabemos que renuncié a todo lo que ser yo implica,
desde que elogiaste las piernas que hoy besas.

Acaba mis ideas,
para dejar en blanco mi mente,
para dejar de pensar en como quedo bañada de ti, y con el corazón dañado.

Quiéreme entera
para vivir de la magia
de este momento.