capítulo 10#

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La reina mira a la joven princesa con desaprobación pero la joven lejos de sentirse intimidada por la mirada de su madre, agarra con más fuerza el brazo del Duque, negándose a soltarlo.

Debo admitir que admiro un poco su valentía para realizar declaraciones tan escandalosas, pero eso no evita que sus palabras puedan arruinar no solo la reputación del Duque si no también el de ella misma.

Niña estúpida.

__Lo amo madre, no puedes permitir este matrimonio -La princesa proclama decidida sin importarle las consecuencias de sus palabras.

Miro el rostro del Duque y me sorprende verlo calmado, sus ojos miran a la Princesa Eleonor con ternura, muy diferente al rostro frío que ha mostrado hacia otras damas.

__Eleonor, no digas cosas que se pueden malinterpretar... y más si son palabras que pueden perjudicar tu honor -El Duque la reprende de forma cariñosa.

¿Quién es este hombre? ¿Cómo puede ser tan amable con una mujer? Los ojos azules de la princesa se llenan de lágrimas y oculta su precioso rostro en el pecho del Duque.

__Pero es verdad que nos besamos, besarse es el primer paso para tener hijos ¡Tienes que hacerte responsable de mi y casarte conmigo! -Exige la consentida princesa haciendo un berrinche.

Aguanto las ganas de reírme de la inocencia de la pequeña princesa, es algo gracioso su actitud de niña mimada y caprichosa.

__Duque Edmund -Intervengo en la conversación y la niña al verme me mira con resentimiento ocultándose detrás del Duque--. Las palabras de la joven princesa no pueden ser ignoradas, si realmente a mancillado su honor, lo correcto es anular nuestro compromiso -Sonrió sin poder disimular mi alegría.

Rapidame, el rostro del Duque se cubre de escarcha, se separa de la princesa y se acerca a mí agarrando mi cintura, me atrae a su cuerpo y aproxima su boca a mi oído.

__Siendo así... tu eres la mujer que más e mancillado ¿O has olvidado como chupe tus pechos hace un momento? -Susurra en mi oído como una serpiente.

Me alarmo y lo veo con reproche, el Duque sonríe satisfecho y voltea a ver la joven princesa.

__Princesa, debe aprender la diferencia entre un beso en la mejilla y otro en los Labios. Un beso en la mejilla puedo hacerse por cariño pero... -Edmund sujeta mi mentón y me besa en los labios frente a todos--. Un beso en los labios solo se da a los amantes.

Me congelo por su audacia ¿Cómo se atreve a besarme frente a la Reina y la princesa?

__ ¡Eleonor! Ve a tu habitación, luego determinare tu castigo -La reina regaña a su hija.

__Pero mamá -Lágrimas mojan las regordetas mejillas sonrojadas de la princesa.

__Mi reina, le ruego que no sea dura con la princesa, siempre le he tenido un cariño especial, es mi culpa si la princesa malinterpretó mis intenciones -Edmund interviene a favor de la princesa.

La princesa solloza desconsolada y me mira con odio.

__ ¡Jamás serás digna de ser la esposa de Edmund! -Me grita enfadada y se va corriendo.

Ruedo los ojos, ya estoy cansada de escuchar que no soy digna de casarme con el Duque ¡Es el Duque que no es digno de mi!

__Lamento el comportamiento de mi hija Duque -La reina se disculpa avergonzada.

Edmund niega.

__Esta bien, ahora si su majestad lo permite, me retiraré, debo llevar a mi prometida a su hogar.

La Reina asiente.

__Por favor invítenos a su boda, en cuanto a la señorita Dulphe -La reina me mira--. Estaré atenta a su progreso como pareja -Me dice con un significado más profundo.

El Duque Demente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora