capítulo 7#

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Apenas entramos en la recepción, todos los ojos curiosos se voltean a vernos, la llegada del Duque de Berguiana en brazo de su prometida Amelia Dulphe, disfruto ver los rostros que reflejan sorpresa, curiosidad, desagrado e envidia ¿Creén que no soy digna de estar al lado del Duque Edmund? ¿Qué una mujer más noble y respetada debe estar en mi lugar? Sus pensamientos son palpables en sus rostros, de seguro guardaban esperanzas de que el compromiso fuera solo un error.

El Duque toca mi mano atrayendo mi atención, lo miro curiosa y él tiene un semblante serio.

__ ¿Te sientes incómoda? –Me pregunta evaluando mi rostro.

Sonrió divertida por su intento de preocupación, si tanto le preocupaba mis sentimientos, no me fuera obligado asistir a este nido de arpías.

__¿Incómoda? ¡Si es muy divertido mi señor! Ver la desaprobación en los rostros de la nobleza por mi presencia pero tener que callar por ti, es gracioso… fingir amabilidad hacia mi, me gusta verlos en dilema –Le respondo mirando a las personas.

Veo un camarero pasar y le hago señas para que se acerque, necesito una copa, agarro una y ante la mirada de espanto de los presentes, me la tomo de un solo trago, escucho murmullos a mi alrededor pero poco me importa, miro de reojo al Duque que se mantiene apacible a mi lado y se limita a observarme con interés y lejos de reprocharme por mi comportamiento, llama al camarero y pide otra copa para mí.

__Si alguien se atreve a ofenderte, no seré benevolente, ofenderte a ti es como ofenderme a mi –El Duque quita el flequillo de mi frente y lo cola detrás de mi oreja con mucha intimidad.

Me aparto avergonzada y siento mis orejas arder.

__¿Quieres arruinar mi reputación? No puedes ser tan íntimo en público, las personas pensarán que usted se casa conmigo porque lo seduje –Tomo rápidamente mi segunda copa y hago una mueca por el ardor en mi garganta.

Él limpia el líquido del licor en mis labios con su dedo y se lo mete en la boca.

__ ¿No es verdad? ¿Acaso no me sedujiste? Si alguien le molesta las muestras de afecto que hago hacia mi prometida, puedo arrancarle los ojos ¿Te sientes más tranquila? –Agarra mi mano y la besa.

¿Cómo una amenaza puede hacerme sentir segura?

__ ¡Duque Edmund! –Una voz femenina nos interrumpe y aprovecho la oportunidad para apartar mi mano.

Aparece Diana Frischer, la hermana menor de Esteban, esta vestida con un hermoso vestido rosado con pequeñas rosas bordadas y diamantes decorando su escote, su cabello rubio esta suelto y perfectamente peinado, sus mejillas sonrojadas y mirada angelical la hace parecer una princesa.

__Señorita Frischer –Edmund da una reverencia corta y Diana se sonroja.

Es interesante verla comportándose como una niña tímida, no parece la joven que me insulta cada vez que puede.

__No nos hemos visto desde el baile, me encanto bailar con usted, es muy bueno. Por cierto ¿Qué opina de mi vestido? Mi padre lo mando hacer con la mejor diseñadora de la capital ¿Me veo hermosa? –Pregunta sonriendo con ternura.

Miro a Edmund y no parece afectado por la joven Diana, si tuviera que describirlo, diría que esta aburrido.

__ ¿La Señorita Diana esta ignorado a propósito a mi prometida? No ha mostrado su respeto –Edmund la reprende y Diana palidece.

Sonríe nerviosa y me mira de abajo hacia arriba con cierto desprecio.

__Como podría… Es un placer volverla a ver señorita Dulphe, de hecho, si al Duque no le molesta, me gustaría invitar a la Señorita Dulphe a participar en nuestra fiesta de té, solo durará unos minutos.

El Duque Demente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora