Capítulo 5

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Entro rápidamente y cierro la puerta tras de mí.

— ¿Que te está pasando? —dice mi madre histérica y desilusionada.

No respondo y me quedo estático en el punto exacto donde quede después de entrar, solo pienso que me está pasando y que me está haciendo Marylin, solo ha ocurrido un día y todo mi mundo ahora está dando vueltas.

— ¿No piensas responder?, entonces te haré una más fácil. ¿Dónde estabas?

Mi cerebro no está funcionando con claridad y trato de pensar en una mentira pero suelto la verdad.

—Fu...i a u...na fi...es...ta —digo tartamudeando por lo nervios que tengo, no quería mentirle pero tampoco quería decirle la verdad. Mis nervios se elevaban con la misma rapidez de un cohete despegando hacia el espacio.

—Entiendo, así que fuiste a una fiesta. Es por esa tal Marylin ¿No? —Dice mi madre enojada—. Sabes que, no importa ve y descansa. Lo hecho, hecho esta. No se puede hacer más nada. —Mi madre termina la frase siendo indiferente y eso me confunde más, de estar enojada paso a estar como si no tuviera importancia.

—Hasta más rato. —Me despido de mi madre lo más avergonzado y arrepentido que  puedo, camino tan rápido que cuando estaba subiendo las escaleras casi me caigo. Entro a mi habitación y cierro de un portazo.

Me recuesto en la cama; solo me tomo cinco segundos para darme cuenta que no lograre quedarme dormido, así que, analizo mi situación sobre todo lo que me está ocurriendo pero, en vez de pensar en mis problemas pienso en inyectados. Últimamente están más alborotados que nunca pero, no se me ocurre nada más sobre ellos. Pienso en mi padre e involuntariamente mis lágrimas empiezan a salir, me hace demasiada falta, igual o más que a mi madre, siempre lo ha ocultado y se ha hecho la fuerte por tomar el cargo de madre y padre a la vez. Muchas veces la he encontrado llorando y me siento enseguida de ella para también hacerlo; no me sorprendería que en este mismo instante lo estuviera haciendo, oscilo entre ir a consolarla y quedarme aquí pero estoy muy confundido como para llorar con ella.

Después de estar un rato sentando tratando de analizarlo todo, decido tomar una ducha; entro al baño de mi habitación, me quito la ropa y entro a la ducha. El agua fría me despierta y pone todos y cada uno de mis músculos en funcionamiento, puedo sentir como circula la sangre a través de mi cuerpo.

Salgo del baño y me pongo una camiseta blanca que tiene una frase en el centro: "Si yo soy feliz, tu porque no puedes serlo" y un jean negro.

Mi madre me llama y por primera vez en mi vida estoy feliz de ir al mercado, cuando bajo; me da la cuartilla y el dinero e instantáneamente salgo corriendo directo a la puerta.

Son las ocho de la mañana; el ambiente esta pesado. Cuando llego al mercado casi no hay nadie, está muy temprano y la mayoría de las personas se levanta alrededor de las nueves en excepción de los que trabajan y estudian.

Después de comprar las cosas empiezo a caminar en dirección opuesta a mí casa solo para despejarme de todo. El Este es la parte más movida de la ciudad; todos se despiertan temprano, lavan sus jardines, alimentan las aves, entre otras cosas.

Mientras sigo avanzando me encuentro a una pareja besándose y recuerdo a mi última exnovia, me engaño con un excompañero. Los encontré besándose, después de eso le pegue un puño a él y no tuve la paciencia para escuchar una ola de mentiras por parte de ella; quedaron los dos tirados en el suelo, el por el puño y ella tratándolo de ayudar. En realidad no la quería demasiado pero me dolió; si estas en una relación y no amas a esa persona lo suficiente, no la engañes, dile la verdad y te entenderá.

Los vehículos que van por la avenida comienzan a congestionarse y el aire empieza a tener demasiado monóxido de carbono, produciéndome tos.

Salgo de la avenida rápidamente porque no iba a soportar otro minutos más ahí.

Giro para empezar a caminar hacia mi casa y veo una chica de cabello rubio, saco morado y un short de jean blanco.

— ¿Marylin? —grito lo más fuerte que puedo para que me alcance a escuchar

Se da media vuelta y el viento mueve su hermosa cabellera, cuando me nota se queda estática y empiezo a correr hacia ella. Gira rápidamente para poder alejarse a tiempo pero, para entonces estoy muy cerca y le tomo la mano en el mismo instante que empieza a correr; provocando que vuelva hacia mí, por poco se cae pero entonces la tengo en mis brazos, esta contra mi pecho, no existe la distancia entre nosotros, nos miramos fijamente.



Amor Con  SíndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora