𝓐𝖙𝖗𝖆𝖘 𝖊𝖓 𝖊𝖑 𝓣𝖎𝖊𝖒𝖕𝖔

Capítulo 33

Advertencia: Este capítulo contiene una ligera jerga homofóbica, se recomienda discreción del espectador.

POV TOM

Envolví mi brazo de forma segura alrededor de la cintura de Hadrian mientras él se aferraba desesperadamente a mí, nos guié a través de la puerta y hacia el temido edificio. Lo sostuve increíblemente cerca mientras caminábamos, subimos los escalones hasta la puerta y entramos al edificio, instantáneamente pudimos escuchar la charla de los niños, nos guié a la oficina de la matrona. Cada fibra de mi ser me decía que me llevara a Hadrian y lo mantuviera a salvo, que nunca regresara a este lugar en el que sabía que la gente no lo trataría bien.

Llamé a la puerta de la oficina y esperé pacientemente, pronto salió la Sra. Cole, siempre la odié. Era una mujer algo delgada, pero todavía tenía algo de carne en ella, siempre tenía una expresión triste o enojada, ojos grises y cabello castaño canoso, sus ojos estaban algo hundidos mientras sus mejillas se hundían con arrugas con la edad. Ella entrecerró los ojos ligeramente hacia mí, "Bueno, si no es Tom Riddle. Pensé que se suponía que no regresarías hasta la cena", olió, entrecerré los ojos con una mirada furiosa.

"Surgieron algunos problemas, así que fue enviado a casa temprano", dije con una mueca burlona, ​​la mujer se burló de mí con disgusto.

Parecía que finalmente notó a Hadrian en ese momento, sin embargo, lo miró de arriba abajo con cierta sospecha, "¿Y quién eres tú, podría preguntar?" ella arqueó una ceja con sus ojos apagados aún entrecerrados, Hadrian le dedicó su mejor sonrisa mientras respondía: "Soy Hadrian Peverell, señorita. Verá, me enviaron aquí con Tom por mi propia seguridad y protección. Le agradezco por albergarme, tu generosidad es interminable", para cuando terminó de hablar, su sonrisa era cegadora y pude ver que la Sra. Cole se estaba enamorando del encanto de Hadrian mientras le enviaba su versión de una sonrisa (que no era una sonrisa en absoluto, en todo caso, fue más una mueca). Entonces sus ojos se posaron en mi mano en su cadera, pude ver que su sonrisa se convertía en algo parecido al disgusto cuando sus ojos se movieron hacia la forma en que Hadrian todavía se aferraba ligeramente a mí.

"Compartirás habitación con Tom. Él te enseñará cómo hacerlo. Compórtate", dijo casi con un gruñido mientras se giraba y desaparecía en su oficina.

Conduzco a Hadrian por el orfanato hasta que llegamos a mi habitación. Miró alrededor de la pequeña habitación, observando las dos camas pequeñas a cada lado de la habitación y el único armario, "El baño está al final del pasillo a la izquierda", dije mientras me dirigía a mi cama y metía mi baúl debajo él. Hadrian hizo lo mismo aunque vacilante, suspiré y abrí los brazos para darle un abrazo, al que se arrojó. Acaricié suavemente su cabello mientras nos abrazábamos, estaba temblando por lo que no sé.

"¿Qué te pasa amor?" finalmente pregunté. Hadrian enterró su cabeza en mi cuello y exhaló, causando que el aire caliente se esparciera por mi cuello haciéndome temblar.

"No puedo esperar hasta que nos vayamos", murmuró, sus labios rozando mi piel de una manera tentadora. Lo alejé con fuerza solo para sujetarlo rápidamente contra la cama para poder estar sobre él, mordisqueé con cuidado la piel detrás de su oreja y lo hice retorcerse. Me presté para poder rozar mis labios contra los suyos, él se inclinó hacia arriba y en mi toque prácticamente me rogó por más, apenas rocé nuestros labios antes de finalmente conectar nuestros labios por completo.

Se escuchó un fuerte estruendo en toda la habitación que hizo que Hadrian saltara, miré hacia arriba para ver a un niño más pequeño mirándonos fijamente, lo miré mientras me sentaba lentamente tirando de Hadrian conmigo para poder esconderlo contra mi pecho, "¿Hay algún problema Jamison?" Gruñí, el chico tragó saliva antes de sacar algo de su bolsillo y arrojármelo. Aunque su puntería estaba extraordinariamente equivocada y en su lugar casi golpea a Hadrian, detuve la roca en el aire mientras veía al chico congelarse de terror. Lo miré duramente mientras usaba mi magia para cerrarle la puerta en la cara.