Sentía su corazón latiendo rápido mientras seguía aferrándose al cuerpo de Regulus, su Regulus. Podría pasar así toda la vida y Sirius no objetaría, pero el ladrido del pequeño Canuto los hizo separarse.
— ¿Qué pasó Canuto? — Regulus se agachó a la altura del animal para poner su mano sobre su cabeza — ¿También quieres ser parte del abrazo familiar?
El perro movía su colita frenéticamente mientras sentía la caricia de Regulus, este lo cargo y fue a sentarse junto a Severus.
Oh Severus.
Sirius había olvidado que él estaba allí, siguió los pasos de su hermano y ahora los tres estaban en la banquita. Canuto subió al regazo de Severus y se deshizo ante las caricias del chico.
— ¡Pero si eres una hermosura! —comentó mientras tomaba su cara entre las manos y sonreía.
A Sirius le encantaba esa sonrisa, podría quedarse admirándola y no se aburriría. Detuvo su tren de pensamientos negando un poco. Aún debía salir de aquel lugar.
Ver a su hermano fue una grata sorpresa, pero él debía regresar. Debía regresar para cumplir sus obligaciones. Para cumplirle a su prometido. Remus.
¿Cómo estaría Remus en esos momentos?
— Y eso que no lo viste con pelo, ¿cierto Sirius?—
El mencionado despertó de su ensoñación y asintió.
— Es una lástima que Walburga no lo haya aceptado en la casa...
Vio con ojos tristes al esqueleto de su anterior mascota
— ¿Walburga? —se dirigió Severus al menor de los Black
— Nuestra madre —explicó— aunque ella jamás aceptaba nada.
— ¿Crees que ella me aceptaría?
Ambos hermanos dejaron de prestarle atención al perrito para dedicársela a Severus. Este los miraba intensamente.
— Tienes suerte de no conocerlos —una risa desganada surgió de Regulus, restándole importancia al asunto.
El semblante de Sirius cambió poco a poco. él también había sonreído a lo dicho por Regulus pero de pronto cayó en cuenta de algo. Algo que estaba dispuesto a usar a su favor
Una sonrisa perversa se formo en sus labios, y miro de reojo a ambos chicos.
— Pensándolo bien... —la atención fue para Sirius— y ahora que lo mencionas...
Sirius jugó con sus manos bajando el rostro de la manera más inocente que pudo.
Sentía los ojos inquisidores de Regulus sobre él, debía actuar rápido.
— Tienes que conocerla. —Regulus entre cerró los ojos, buscando algo detrás de esas palabras. Su hermano planeaba algo. Y Sirius sabía que Regulus quería desenterrar su plan, por lo que se levantó de la banca y comenzó a caminar hacia el barandal.— Ya que estamos... emmm... ¡Casados!, es necesario que la conozcas —
Severus hizo un pequeño ruido de afirmación, mientras Regulus seguía estudiando a su hermano,
—También a mi padre —se volteó a donde los muertos estaban, pero solo se fijó en Severus. Si Regulus lo descubría... bueno, no sabía cómo reaccionaría su hermano, pero preferiría no arriesgarse.— ¡Vayamos ahora mismo!
— ¡Qué fantástica idea! —concedió Severus — ¿Dónde están sepultados?
— Bueno...
— Ellos están vivos, —contestó Regulus viendo serio a Sirius— para suerte mía, y desgracia de él.
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➶ 𝙀𝙡 𝙘𝙖𝙙á𝙫𝙚𝙧 𝙙𝙚𝙡 𝙣𝙤𝙫𝙞𝙤 || 𝙎𝙣𝙞𝙧𝙞𝙪𝙨 || ➷
FanfictionLos votos en una boda son como el pan con el café, indispensables. ¿Qué pasa cuando los nervios te juegan una mala pasada? ¿Lo olvidas todo? En un afán de aprenderlos para su futura boda, Sirius logra decirlos de manera correcta... a la persona inc...