❪ house of the dragon fanfic ❫
❈ BAD BLOOD ೃೀ
Daenerys Targaryen se casa a temprana edad con su hermano mayor Aegon, y a pesar de odiar la idea del matrimonio, aprende a amarlo con el paso del tiempo. Sin embargo, su corazón no solo puede pertenecer...
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✧.* capitulo doce:' cena de bienvenida ' ⋆ ☄.
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DAENERYS SUSPIRÓ viendo su reflejo a través del espejo, Aeris estaba detrás de ella, terminando de atar los cordones de su vestido esmeralda con mucho cuidado. La peliplata le había hablado un poco sobre lo que pasó la noche anterior con Rhaenyra, no podía guardárselo y la única persona a la que acudía incondicionalmente era a su fiel criada, confiaba en su criterio.
──No le de tantas vueltas al asunto, mi señora ──opinó la pelinegra, apretando con fuerza el corsé debajo del vestido, antes de volver a atarlo. A la menor se le escapó un poco de oxígeno de los pulmones, pero aguantó la respiración──. Ya terminó, usted sabe lo que tiene que hacer.
La princesa asintió, desviando la mirada, su expresión teñida de enfado. O tal vez disgusto, por haberse visto tan vulnerable bajo las garras de su media hermana, tenía miedo de que haya visto la pizca de compasión en el reflejo de sus ojos, podía intentar usarlo a su favor si se lo propondría.
──Está noche es la cena, tengo que poner mi cara más amable para complacer al rey ──musitó, bufando con fastidio. Lo haría solo por amor a su progenitor, el que tuviera la decencia de asistir era un comienzo, estaría feliz de tenerlos a todos reunidos──. Todavía no entiendo la insistencia de mi madre por hacer todo tan perfecto, no veo la necesidad de agradarles.
──Ya sabe, es el protocolo ──indicó Aeris, dando unos últimos retoques al vestido. Al terminar puso ambas manos sobre sus hombros, inclinándose del lado izquierdo, su mentón tocó con delicadeza el hombro de su princesa. Miró por el cristal a través de sus orbes violáceos, sonriéndole. En algún punto de la historia ambas se habían dado cuenta que eran extrañamente similares en algunos aspectos físicos, pero no le dieron importancia. Solo una sabía la verdad detrás de todo eso──. No le recomiendo ocultar su inconformidad con la presencia de los inquilinos, que sepan que no les agrada.
Daenerys sonrió, colocando sus manos sobre las de Aeris y apoyando la cabeza contra la suya, sin apartar la mirada del espejo.
──Está hermosa, princesa ──halagó la muchacha con sinceridad, frotando suavemente sus sienes con la ojimorada──. Como siempre.
Dicho esto, se apartó de la peliplata para darle su espacio, sabía que al terminar le gustaba admirarse un poco, aunque a Aeris no le parecía necesario. A su señora le preocupaba no resaltar o llamar la atención, pero por supuesto que destacaría entre las demás cuando sus prendas caras, accesorios invaluables, de un precio altísimo, eran sumamente voluminosos e indiscretos. Sin mencionar que su cabello era lo más importante, por lo que siempre lo traía atado con preciosas trenzas delicadas.
