Siembras lo que cosechas (Yandere Simulator)

Jueves

Despertó de muy buen ánimo, aunque se despertó un poco tarde. Por esto, llegó demorada a la escuela.

Decidió recorrer la escuela para ver las plantas, pero se sentía un poco más segura porque ya había mucha gente alrededor.

Sentía que ahora las flores le parecían bonitas. En general, se sentía sumamente alegre.

Jamás había despertado de tan buen ánimo como ese día.

"¿Por qué me siento tan feliz?" Se preguntó.

Tomó una florecita naranja y se la puso en el cabello, después se paró y sintió una suave brisa. Cerró los ojos y disfrutó el momento. Tras unos segundos, sintió que alguien le tocaba el hombro.

—¿Yan-Chan? Estás en las nubes —dijo Kokona sonriendo—. Quería pedirte algo si no te molesta.

—no, dime —respondió también sonriendo.

—sé que hay un gato por algún lado, pero jamás puedo encontrarlo. ¿Puedes decirme si sabes dónde está? —preguntó con cara triste.

—sí, ven conmigo.

Caminaron un poco y llegaron a la pared donde estaba el gatito.

—¡Lo sabía! No buscaba aquí porque me da miedo el salón de facultad. Bueno, ¡Gracias! —respondió Kokona sonriendo con los ojos cerrados.

—no es nada —afirmó Yan, después volvió a caminar.

Era cierto lo que decía Kokona, Ayano andaba en las nubes. Jamás había estado tan distraída.

Después de un rato subió a la biblioteca y se sentó a jugar con su celular un rato. La mamá de Osano le mandó la foto que les tomó y Osano se la envió a Ayano en la noche, cuando ella ya estaba dormida. Se dio cuenta y le reenvió la foto a su mamá.

Se quedó viendo la foto y pudo advertir que ella misma se veía realmente feliz. Suspiró un poco, pero negó con la cabeza y siguió jugando.

Era raro como realmente nadie se preocupó más por la desaparición de Kashiko, como si realmente nadie le importara. Quizás por eso Info-kun envió a Yan-chan a desaparecerla, porque sabía que ella realmente no era "importante" en la vida de los demás. Solo hacía bulliyng sin importarle si llegaba a dañar a las personas.

En fin, Yan también olvidó el tema.

Luego se fue a su salón y encontró una caja naranja en su lugar. La abrió y encontró una scrunchie de color rosa con lunares blancos. Sonrió y se la puso en el cabello.

Por fin se sentía como una persona normal.

Se sentó en el banco y tras un rato comenzaron las clases. Por fin pudo concentrarse y descubrió que se había atrasado un poco por haber estado tan distraída en los días pasados.

Era irónico el cómo estaba "en las nubes" y era cuando mejor se concentraba en las clases.

Estaba tan concentrada que se le pasó el tiempo volando y sintió que pasó muy poco tiempo cuando timbraron.

Esperó a que todos salieran y se acercó a Osano.

—gracias por el regalo —respondió sonriendo.

—vamos a comer —afirmó el visiblemente sonrojado.

Cuando eran niños, iban a todos lados de la mano —como defensa por si alguien quería secuestrarlos, o al menos eso decían— pero ahora les costaba y no entendían por qué. Quizás porque nadie iba a secuestrarlos ahora.

Subieron a la terraza y se sentaron a la banquita. Yan ni siquiera miró para ver si la espiaban, no le importaba en ese momento.

—tengo videojuegos en mi casa, ¿Quieres ir al rato? —preguntó Yan.