Siembras lo que cosechas (Yandere Simulator)

Miércoles

Aquel miércoles fue decidida a encontrar a su Stalker.

Salió temprano y fue a la escuela directo y sin escalas. Su plan era ir directo a la escuela sin distraerse y cuidar sus espaldas en todo momento.

Llegó a su casillero y no encontró nada extraño esa vez. Después, comenzó a caminar con la intención de recorrer la escuela en busca de alguna pista.

Estando sola, sin nadie alrededor, se dio cuenta de que se estaba arriesgando mucho.

"Me pongo en peligro".

Si el stalker quería lastimarla, esa era su oportunidad perfecta. Ayano estaba vulnerable porque si la atacaban por la espalda, no tenía manera de defenderse. Además, no podía luchar porque le dolía la espalda.

"No, no puedo hacer esto ahora, debo volver".

Aun así, se mantuvo alerta y cuando pudo, se metió entre un grupo de gente.

Mientras estaba en eso, recibió un mensaje.

"Yan-Chan, mi paga".

"Ya voy, espera un poco".

Yan se acercó a una de las chicas más solitarias y dejó caer su celular "por accidente". El celular estaba con la cámara encendida y el flash apagado. Se agachó y le dio en el botón de fotografía y así tomo fotos indecentes de una de las chicas.

Sabía que no estaba bien y no era algo que le agradaba hacer, ni siquiera cuando no estaba Osano y no tenía emociones.

Le mandó la foto y suspiró. Había algo con Info-Kun que la molestaba, pero no sabía que era.

Caminó un poco antes de llegar a su salón y vio a Osano platicar con un grupito de personas. Sonrió al ver que este había decidido hacer amigos y decidió no molestarlo.

Se sentó en una banca y se puso a jugar con su celular, esperando que el tiempo pasara.

En la escuela se hablaba de la desaparición de Kashiko, pero no de buena forma. Al ser bullies, si eran las chicas más populares, pero también las más odiadas. Había personas que comentaban rumores muy malos, al punto de que creían que quizás se había escapado con un hombre mayor o cosas así.

Ayano se salió con la suya de nuevo, pero no estaba muy orgullosa.

Pensó que, ya no quería matar a nadie. Al menos no en ese momento.

Pensaba en Osano y en cómo le afectaría así que sentía que no tenía que hacerlo. Igual no era como que le importaran los demás, pero era esa culpabilidad cuando hablaba con él lo que la detenía.

Mientras estaba ahí, daba rápidos vistazos encima del celular para ver si no encontraba a alguien viéndola.

"¿Qué quiere de mí?"

Casi le daban ganas de decir en voz alta: "lo que quieras hacer hazlo ya", pero no, tenía que ser cautelosa.

Se acercó Saki Miyu y le ofreció una galleta de una bandeja, Yan asintió y la tomó.

Los del club de Cocina solían repartir comida a la gente y era un gesto que muchos agradecían. A veces comer algo ayuda mucho.

Después de eso, subió las escaleras y se sentó en su banca. Le dolía mucho la espalda aun, pero sabía que había sido por cargar a Kashiko. No puedes pretender que puedes cargar algo que pesa lo mismo que tú y hacer como que no pasa nada, por lo menos no cuando no tienes condición física.

Luego de eso, comenzaron a llegar todos y comenzó la clase, pero Ayano de nuevo no pudo concentrarse. Esa vez porque ahora sentía la aplastante sensación de ser observada.