Las clases de pociones del profesor Snape eran las más aburridas (o al menos eso pensaba Harry). El pelinegro se la pasaba repitiendo en su mente el odio que tenía hacia el profesor, «¿por qué no puede dejar de hacer comentarios negativos hacia mi padre y hacia mí?» pensó mientras soltaba un largo y pesado suspiro. Volvió a empezar a tomar notas porque sabía que el profesor lo iba a matar si no entregaba el trabajo.
Alzó su mirada y vio los hermosos cabellos rubios de Draco cayendo por su frente, haciendo que se viera mucho más lindo y atractivo de lo normal. Se fijó en sus bellos ojos grises, que si alguien se ponía a observar detenidamente se daría cuenta que no son grises por completo, si no que tienen un discreto tono azulado alrededor de la pupila, haciendo que sus ojos se vean como un par de diamantes. Su perfecta piel pálida de su rostro, manos, cuello y bueno, todo su cuerpo en general, tan lisa y perfecta, ni un solo grano, ni una sola arruga. Sacudió la cabeza con brusquedad y parpadeó con rapidez, deshaciéndose de un momento a otro de todos los pensamientos que pasaban por su mente, bajó la mirada con las mejillas algo rojas y una expresión de vergüenza, lo único de lo que no se dio cuenta fue de que ese bello albino del que hablaba en su mente se había percatado de la mirada enamorada de Harry.
Ambos habían estado así desde un par de meses, intercambiando miradas que eran más que de enemigos, pero ninguno se atrevía a decirle una sola palabra al otro por el miedo que tenían al rechazo. Eso cambiaría. Harry estaba dispuesto a romper el hielo.
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El trío de oro iba caminando por los pasillos de Hogwarts, intentando no perderse ya que ese castillo era gigante, pero gracias a Dios llevaban con ellos a Hermione (que seguramente buscaría una salida en el dado caso que pierdan el camino). Se toparon con Malfoy y sus cuatro amigos, Harry se detuvo y fue directo hacia él.
—Denme un segundo —exclamó mirando hacia sus amigos, haciéndoles una seña con las manos de despedida. Ron y Hermione solo se quedaron viéndose mutuamente extrañados, era de esperarse de Harry pero ¿con Draco?
El pelinegro se quedó parado justo enfrente de Draco, impidiéndole a el mayor seguir caminando derecho, este arqueó una ceja esperando a que Potter hablara.
—¿Podemos hablar unos minutos? —suplicó Harry. Sus ojos parecían brillar, eran tan bonitos que podría quedarse viendo a ellos por minutos e incluso horas.
—¿Qué quieres, Potter? —respondió en seco mientras le hacía una seña con la cabeza para ir hacia un lugar más "apartado" por así decirlo, aunque realmente solo caminaron unos segundos, quedando ambos recargados en un muro.
—Pedir perdón —sonrió y se ruborizó las mejillas por completo, ni él mismo creía decir eso. Claro que Draco notó el tono rosado de las mejillas del pelinegro, pero se limitó a reír y no decir nada al respecto.
—Oh, el gran y maravilloso Harry-soy insoportable y después pido perdón como si nada-Potter me está rogando porque le perdone todas sus idioteces —carcajeó con sarcasmo para después cruzarse de brazos. —¿Y a qué se debe?
—Bueno, creo que hay que dejar de lado nuestras diferencias, y no, no te estoy rogando —rodó los ojos y volteó hacia otro lado, sabía que si seguía observando la hermosa cara de Draco se iba a enamorar aún más y él no lo iba a permitir.
—¿Por qué debería perdonarte? —Draco obviamente que quería "perdonarlo" y tener una linda amistad (o algo más) con Harry, pero era un Malfoy, y los Malfoy no perdonan fácilmente, así que en todo momento debía mostrar una postura seria y egocéntrica.
—¿Tal vez porque quiero que seamos amigos? —ambos fingieron que no les dolieron las palabras, la idea de una simple amistad no era lo que ellos querían.
—¡Que gracioso eres, Potter! Sigue intentando —estuvo dispuesto a irse cuando sintió la mano de Harry apretar su brazo, volteó a verlo y ambos quedaron congelados. ¿Por qué se sentían así? ¿no se supone que eran enemigos?
—Sé que tenemos diferencias en más de una cosa pero... estoy cansado de las peleas casi diarias que tenemos, ¿sí? —Draco abrió los ojos de golpe y apretó sus labios, dio un largo suspiro y miró a Harry con diversión.
—Si tanto insistes —tomó la mano del pelinegro y la hizo a un lado, para seguirle el rastro a sus amigos que seguramente estaban en otra parte de Hogwarts.
El menor sonrió victorioso, ya tenía aunque sea la amistad de Draco, y eso era lo más importante. De todas formas, no quiso hacerse falsas ilusiones por obtener su perdón, aunque no quitaba el hecho de que estaba emocionado y feliz.
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holaa, ¿qué tal todo? espero que muy bien. ><
últimamente andaba con bastante inspiración (por así decirlo) y se me ocurrió hacer un fanfic con esta temática de que harry se propone conquistar a su amado draco malfoy, así que este au es donde ambos se gustan pero solo harry es quien se atreve a dejar de lado sus peleas e intentar ser algo más que amigos.
solamente quiero un poco de su opinión, ¿debería seguir con la historia? no estoy seguro de eso, aún así me gusta bastante la idea aunque sea bien cliché, escribo por diversión y nada más.
muy lindo día, tarde o noche!! mwah.
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Diez pasos para enamorar a Draco Malfoy [Drarry]
FanfictionSi ambos nos gustamos, ¿por qué ninguno da el paso? si él no no hace, yo lo haré. Personajes originales de J. K. Rowling.